Al regreso de
Honduras en 1883, Estrada Palma, Genoveva y el pequeño Manuel José fueron
directamente a Central Valley, a la casa de sus amigos David y Susana Cornell.
Indudablemente ya se había considerado la asociación entre las dos familias con
el propósito de adaptar el Instituto
Cornell, en existencia desde 1865[1],
para servir a alumnos latinoamericanos. En la ciudad de Nueva York, a 80
kilómetros de distancia y con buena comunicación por tren, vivían muchos
cubanos expatriados que tal vez pudieran convencerse de enviar a sus hijos a un
colegio interno de alta calidad. Y con las conexiones en Honduras, tal vez se
pudieran atraer a estudiantes hondureños. Ya los Cornells habían conocido a un
niño cubano llamado José Frías años antes que era recordado con cariño por
Edward, un hijo de ellos.[2]
El
educador
Toda la
experiencia ganada en los años anteriores primero en Cuba cuando muy joven y
enseñaba a campesinos analfabetos y a esclavos en su pueblo natal; después,
cuando estaba preso en el Castillo de Figueras y formulaba las ideas de
educación cívica a ciudadanos de un país esclavo para cuando fueran libres; y,
sobre todo, en los años hondureños donde tuvo mano directa en la educación de
jóvenes, se puso en acción al llegar a Central Valley y planear una nueva
institución educativa.
El futuro
Instituto Estrada Palma educaría – de acuerdo con sus planes – a jóvenes
latino-americanos y norte-americanos lado a lado. Les enseñaría las lenguas,
las historias, la geografía y la literatura de los dos. Les exigiría, con mano
suave y cariñosa y ejemplo vivo, respeto mutuo. Pero sobre todo trataría de
inyectarlos con un conocimiento profundo de lo que era la democracia, las
instituciones democráticas y lo que se esperaba de los pueblos libres. Eso era
necesario, sobre todo para los cubanos, porque el español – a diferencia del
británico con sus colonias -- “no nos
crió para servirnos de nosotros mismos, sino para servirle.”
Su estilo era paternal. Los alumnos lo querían, tenían confianza en
él. Una anécdota relatada por uno de sus biógrafos cuenta que algunos padres
amenazaban a sus hijos con sacarlos del Instituto si no se portaban bien en la
casa.[3] Martí lo describió como cubano “puntilloso y
constante, que gobernó ayer una república y hoy gobierna su colegio afamado con
todas las enseñanzas y prácticas necesarias para el bienestar independiente del
hombre trabajador en la dignidad republicana”.[4]
Su esposa, Genoveva Guardiola, fungiendo de madre colectiva, completaba el
sabor familiar de la escuela.
La educación en Nueva York a
fines del Siglo XIX
El sistema
educacional del estado de Nueva York a finales del Siglo XIX comprendía tanto
escuelas públicas como privadas y también permitía “instrucción en la casa.” En
las escuelas privadas los alumnos podían ser internos, semi-internos o
externos. En el primer caso estos planteles estaban situados lejos de las ciudades y en el
segundo y en el último en su propio vecindario. Además, las escuelas privadas
podían ser “incorporadas” o “no incorporadas”.
Temiendo que
algunos padres sin escrúpulos usaran el pretexto de decir que sus hijos iban a
colegios privados o que se les impartía educación en la casa, cuando en
realidad los ponían a trabajar, la Ley de
Educación Obligatoria fue aprobada por la Legislatura del estado de Nueva
York en la primavera de 1889 y después negada por el entonces gobernador David
B. Hill (gobernador entre 1885 y 1890).[5] Los
directores y maestros de las escuelas privadas habían hecho campaña contra la
ley porque ellos discrepaban de las disposiciones que requerían la licencia a
maestros y “otras condiciones de carácter restrictivo y desatinado”.[6]
Sin lugar a dudas
las escuelas privadas, particularmente las “no-incorporadas” que no reportaban
a ninguna junta directiva, podían hacer prácticamente lo que querían con
respecto a plan de estudios, idioma de instrucción, horas de operación y
contrato de maestros. Ni siquiera existía un depósito oficial de información
sobre los nombres y direcciones de escuelas privadas o internados. Dado este
estado de circunstancias, el Superintendente del Censo de 1890, Robert C.
Porter hizo un llamado al público para que ayudaran a localizar estas escuelas
“no incorporadas”.[7]
El Instituto
Estrada Palma era probablemente una institución “no incorporada” porque no
tenía ninguna junta de directores. No obstante, este status no ha podido ser
corroborado debido a los efectos devastadores de dos incendios: uno en 1911 en
Albany, Nueva York que destruyó los Archivos del Estado, y otro en Washington,
DC en 1921 que destruyó los resultados del Censo de 1890.
El calificativo
“escuela privada no-incorporada” no debe evocar, sin embargo, espectros de
trivialidad o incompetencia. Por el
contrario, sus facultades y administradores estaban muy orgullosos de su
independencia de los dictados burocráticos oficiales y de sus planes de
estudio.
En las últimas dos
décadas del Siglo XIX el número de internados élites para varones en el país
aumentó de cinco a doce.[8] A estas escuelas iban los hijos de la clase
adinerada en preparación para la universidad y eventualmente para posiciones de
poder en los negocios y en el gobierno. Ninguna de estas escuelas, a pesar de
estar en el Noreste, estaban en el estado de Nueva York. Para las mujeres,
educación privada ocurría mayormente de externas, aunque la exclusiva Escuela Rosemary Hill para Señoritas en
Wallingford, Connecticut fue fundada en 1890, seis años antes que su
contraparte (La Escuela Choate para
Varones).[9]
Entonces, como
hoy, la clase privilegiada y adinerada y la clase media con ambiciones mandaba
a sus hijos a las escuelas privadas en vez de las escuelas públicas.
En la ciudad de
Nueva York una infinidad de escuelas privadas mas modestas estaban en las
calles de Manhattan y Brooklyn. Eran
extensamente anunciadas en las Páginas Clasificadas de periódicos como el New York Times y el Brooklyn Daily Eagle alrededor del mes de agosto, antes de que
empezaran las clases en septiembre, entre
1883 y 1902.
En los barrios de
inmigrantes se creaban a menudo escuelas “nacionalistas,” tanto regulares por
el día, como especiales de tarde o de noche para la preservación del idioma y
las costumbres del país de origen.[10]
Escuelas monolingües alemanas fueron establecidas en Pennsylvania y Ohio, y en
ciudades como Chicago, Portland y Denver, a menudo en iglesias luteranas.
Escuelas francesas existieron en Luisiana y escuelas españolas en Nuevo México.
Inclusive escuelas de idioma Checo fueron establecidas en Texas. Muchas de
estas escuelas que fueron inicialmente privadas o parroquiales después
evolucionaron en escuelas públicas bilingües, con parte de la instrucción en
inglés y patrocinadas con fondos públicos.[11]
Con la Primera Guerra Mundial en el Siglo 20 y la consiguiente desconfianza de
todo lo que fuera alemán, la educación bilingüe – en cualquier idioma –
disminuyó o totalmente desapareció en la mayoría de los estados hasta su
resurgimiento en la década de 1970.
La
escuela bilingüe y bicultural de Central Valley
Para
poder atraer estudiantes de habla española a Central Valley era necesario
cambiarle el nombre original (Cornell) a la institución; situar la escuela en
un lugar atractivo; y, mas que nada, presentar un curso académico único que
preparara a futuros ciudadanos excelentes. Así el nombre de Instituto Cornell
fue cambiado a Instituto Estrada Palma
en 1885 y la operación mudada a una amplia mansión que había sido conocida
antes como Titus Farm, después como Locust Lawn y mas tarde aún como Campamento
Wildwood.[12]
El
Instituto Estrada Palma fue fundado
como una institución bilingüe y bicultural para niños y niñas con una división
primaria y una división secundaria. Fue fundada como un colegio para alumnos
internos que también aceptaba alumnos externos. Los internos eran los hijos de
las élites latinoamericanas que podían afrontar la cuota, y los hijos de
cubanos emigrados envueltos en actividades revolucionarias contra España que
eran admitidos algunas veces, gratis o con descuento. Hay evidencia que la
escuela admitía a niños de raza negra.[13]
Los estudiantes externos eran los niños locales de habla inglesa y ascendencia
anglo-sajona.[14]
En
resumen, en contraste con otras escuelas privadas en existencia entonces, el
Instituto Estrada Palma no estaba en ningún distrito hispano, ni estaba
enfocado a la educación de los hijos de inmigrantes económicos tradicionales.
Se esperaba que los estudiantes regresaran algún día a sus sociedades
respectivas llevando con ellos el idioma inglés, apreciación a la cultura de
Estados Unidos, y amistades personales americanas. Mas importante, Don Tomás
planeaba el inculcarle a los estudiantes un sólido conocimiento y aprecio por
el sistema político democrático norteamericano. El Instituto era la culminación
de sus ideas de “entrenamiento para ciudadanos” que había formulado cuando
estaba prisionero en España y que quiso establecer en Paris.
Se
esperaba que los estudiantes Anglo-Sajones locales aprendieran el idioma
español, apreciaran la historia y cultura de América Latina e hicieran amistad
con niños hispanoamericanos.
Si
tenemos que hallar alguna institución que duplique en algunos aspectos los
objetivos del instituto Estrada Palma, lo que viene a la mente es el sistema
norteamericano de escuelas en el extranjero de hoy en día.[15]
Los estudiantes de estas escuelas -- hijos e hijas de diplomáticos y hombres y
mujeres de negocios en el extranjero – regresan a Estados Unidos con un idioma
extranjero bien aprendido, y una sólida familiaridad con la cultura y
costumbres del país. Sus compañeros de clase – hijos e hijas de nativos locales
– aprenden bien el inglés y saben apreciar los pequeños detalles de la cultura
americana.
El
sitio
El nuevo edificio del
Instituto estaba enclavado en un terreno que de acuerdo a los libros de impuestos
locales de hoy en día cubre 11.1 acres.[16]
Tenía espacio suficiente para salones de clase y para dormitorios, y lugar para
vivir tanto la familia Estada Palma que iba creciendo y sus amigos y colegas,
la familia Cornell. Después de Manuel José, que nació en Honduras, nacieron en
Central Valley 5 hijos mas: Tomás Andrés (1884); Carlos Joaquín; María de la
Candelaria (Candita) (1887); Mariana de la Luz (Lucita); y Rafael Morales. La
propiedad había sido dejada en herencia a unos sobrinos de una señora que había
muerto soltera y que estaban mucho mas interesados en obtener efectivo que en
conservar nada de la casa. Incluía muebles para “50 huéspedes” con un precio
total de $7,000 que se podía obtener con un pago de entrada de $2,000 y una
hipoteca de $5,000.
Don Tomás la
compró finalmente en 1890 con una pequeña ayuda de su viejo amigo Marco Aurelio
Soto, el antiguo presidente de Honduras que ahora vivía en Paris, quien le
prestó los $385.54 que hacían falta para completar la entrada.[17]
El
nuevo lugar era bien lindo y placentero.
Tenía un laguito donde los muchachos podían nadar y usar canoas en
verano y patinar en hielo en invierno y extensiones de césped.[18] El folleto del Instituto Estrada Palma
describía el lugar así: “Central Valley, donde se encuentra el Instituto es un
lugar de veraneo popular… situado en un terreno ondulado en la falda oeste de
una pequeña serranía, en el medio de un escenario famoso por su belleza e interés
histórico, habiendo sido terreno de campaña del Ejército de Washington durante
la revolución y a 14 millas de Newburg, donde sus tropas fueron desbandadas al final
de la contienda y donde su cuartel general es visitado como una clase de ‘Meca’
por miles de turistas patrióticos”.[19]
Los alumnos
Muy poca, dispersa
información existe con respecto a la identidad de los muchachos que asistieron
al Instituto Estrada Palma. Cualquier esperanza de recuperar documentos
oficiales que pudieran haber sido depositados con las autoridades educacionales
del Estado de Nueva York, se esfumaron en un incendio en Albany, NY en 1911.
Así y todo, sabemos la identidad de algunos.
Primeramente
encontramos a los hijos de la élite hondureña: Juan José Soto, el hijo del
antiguo presidente;[20]
los dos hijos del presidente del momento Luis Bográn; un hijo del
Vicepresidente Ponciano Leiva; un sobrino del Ministro de Obras Públicas; y el
hermano del Alcalde de Tegucigalpa.[21]
En un artículo de Rafael Heliodoro Valle publicado en un periódico habanero en
1953 aparecen nombres de otros estudiantes hondureños, tales como Salvador
Córdoba (que después fue Embajador de Honduras en Washington), Luis Paz, y
Próspero Vidaurreta. Este último llegó a
ser miembro de la legislatura de la ciudad de Santa Bárbara y Ministro de
Hacienda en Honduras.[22]
José Martí reportó[23]
que había dos hermanos hondureños de apellido Quirós, un chico de apellido
Campillo de Buenos Aires, uno de apellido Irabién de Mérida y varios otros mexicanos.
También, estudiando en el Instituto en la misma época, estaban los hijos de
José Pujols, un industrialista habanero y los tres hijos (Angel, Pedro y José)
de Procopio Castillo Cisneros, un ganadero de Camagüey,[24]
los dos padres viviendo en Cuba bajo dominación española. Al mismo tiempo,
ellos eran compañeros de dos de los hijos de Manuel Barranco[25],
acaudalado, pero generoso dueño de una fábrica de tabacos de Cayo Hueso con
oficinas en Nueva York, y los hijos de
Francisco Ibern[26] y
de Martín Herrera[27],
los dos exiliados en Cayo Hueso y activos en el movimiento independentista
cubano.
Varios de los
estudiantes cubanos del Instituto fueron a pelear en la Guerra de
Independencia, entre ellos el futuro Comandante y diplomático en la nueva
república, Luis Rodolfo Miranda y de la Rua,[28]
así como su amigo y compañero en armas el futuro Teniente Ricardo Muñiz.[29]
Manuel Calás Toro,
hijo del Comandante de la Guerra de los Diez Años Manuel Calás Odoardo y
sobrino de Bernarda Toro, la esposa de Máximo Gómez, también estuvo en el
Instituto. Su hermano mayor, Rafael murió en combate a los 23 años en agosto de
1896 con el rango de capitán.[30]
Un
ex-alumno llamado Tomás Acosta, que estaba sirviendo en la Marina de los
Estados Unidos en 1902, se apareció en Central Valley a felicitar a su antiguo
profesor tan pronto supo que había sido elegido presidente.[31]
Dos
muchachos norteamericanos aparecieron en Bangor, Maine en 1902 a reclamar su
cuota de fama por haber sido alumnos del recién elegido presidente de una nueva
república: Willie Edwards (conocido por “Bunco”), hijo de E. W. Edwards y
Clement Davis (conocido por “Clem”), hijo de la señora Fannie Teft Davis.[32]
A
pesar de que los anuncios del Instituto indicaban que estaba abierto “a niños y
niñas,” no se han podido encontrar pruebas de “niñas” asistiendo, a no ser las
propias dos hijas de Estrada Palma.
Curso
académico y filosofía educacional
En
una copia del folleto del Instituto preservado en las oficinas de la Sociedad
Histórica de Woodbury se dice que el curso de estudios “abarca todas las ramas
necesarias para preparar para la universidad, como Lectura, Ortografía,
Caligrafía, Composición, Gramática Inglesa, Aritmética, Geografía, Historia de
los Estados Unidos, Dibujo, Fisiología e Higiene, Algebra, Geometría, Historia
Universal, Francés, Latín y Español”.[33] Sin embargo, algunos residentes locales
recordaban el curso de estudios como “poniendo demasiado énfasis en matemáticas
y ciencias en comparación con estudios culturales”.[34]
El
Departamento de Español del Instituto preservaba el idioma, la historia y la
cultura de América Latina. Sus asignaturas incluían “Lectura, Escritura por
Dictado, Gramática, instrucción elemental en Literatura Española, Recitación de
Obras Selectas de los mejores autores, Geografía Física y Política de España y
de todos los países Hispano-Americanos, incluyendo información completa sobre
sus productos naturales, agricultura, industrias, fábricas, ferrocarriles y
otros medios de comunicación, y eventos principales en su historia”.
Añadiendo un
segmento pragmático al curso de estudios, también se incluía la asignatura de Agrimensura,
en donde a los estudiantes se les enseñaba a “medir tierras y niveles,
determinar los límites de cualquier título y usar el compás, la cadena y la vara”.
Desafortunadamente
no existen mas detalles de teoría educacional escritas por Estrada Palma. Sin embargo, se puede obtener una descripción
excelente de la atmósfera de la escuela y de los objetivos del curso de estudios
gracias a la pluma de José Martí, uno de los mas distinguidos exponentes de la
literatura hispanoamericana del Siglo XIX.
José Martí, el
arquitecto de la independencia cubana, escritor prolífico y figura imponente de
la poesía en español, era un frecuente visitante en Central Valley. En un artículo en la revista Patria publicada por el Partico
Revolucionario Cubano de Nueva York[35],
José Martí expone, en su prosa inimitable, que la escuela en el “majestuoso y
saludable” valle rápidamente transforma a los latinoamericanos en jóvenes que
hablan “inglés puro” y que componen correctamente sus ideas en español, inglés
y francés. Se comprueba así que la enseñanza del inglés al mismo tiempo que el
mantenimiento y mejoramiento del español, eran las bases fuertes de promoción y
publicidad del instituto para los padres latinoamericanos.
Basado en
observaciones personales, así como, indudablemente, en numerosas conversaciones
con Don Tomás, Martí presenta un potente argumento que explica lo que era la
escuela con respecto a educación bilingüe y bicultural: de un lado, la cultura
y el lenguaje del país anfitrión deben ser aprendidos, porque aquellos que no
lo hacen, “… son hombres sin brújulas, partidos por la mitad, nulos para los
demás y para si; no benefician al país en que han de vivir y no saben
beneficiarse de él: Son, en el comercio arduo de la vida, comerciantes
quebrados.”
Del otro lado, “la
educación … en un pueblo de carácter opuesto y de riqueza superior, pudiera
llevar al educando a una oposición fatal a su país nativo … -- o a la peor y mas vergonzosa de las desdichas
humanas, al desdén de su pueblo.”
En una frase digna
de un psicólogo o antropólogo educacional contemporáneo, Martí continúa: “El
agua que se beba que no sea envenenada.
¿A que adquirir una lengua si ha de perturbar la mente y quitarle la
raíz al corazón? ¿Aprender inglés para volver como un pedante a su pueblo, y
como un extraño a su casa, o como enemigo de su pueblo y su casa?” En el
instituto Estrada Palma, de acuerdo con Martí, “no cambian el corazón por el
inglés,” y los estudiantes aprenden las virtudes y no los vicios del
norte. Dado que el idioma, la literatura
y la historia en español también se enseñaban, los estudiantes también
aprendían a respetar y valorar las sociedades latinoamericanas.
Don
Tomás se refería al nuevo mundo como “dividido en dos razas, la Anglo-Sajona y
la Latina”,[36]
pero que “los dos grupos, por sus instituciones republicanas y por los
sentimientos democráticos que inspiran igualmente a todos sus ciudadanos,
forman una sola comunidad”. La escuela,
él esperaba, “sería un lugar de contacto cordial y fructífero entre los hijos
de las diferentes divisiones del continente occidental; porque bien se sabe que
las impresiones despertadas y los lazos de amistad adquiridos en el aula
constituyen las mas memorables reminiscencias de la vida”. Su objetivo, además,
era “propagar el conocimiento de inglés entre los latino-americanos y el
conocimiento de español entre los anglo-sajones”.
A
todos los estudiantes, de habla inglesa o española, de origen latino o
norteamericano, Don Tomás los alimentaba con una buena dosis de historia de
Cuba y de eventos contemporáneos en Cuba. El 10 de octubre, aniversario de la
malograda Guerra de los Diez Años, era oficialmente conmemorado. Prominentes
patriotas cubanos, como el general Calixto García, eran esperados con banderas
y pancartas en la estación de ferrocarril cuando iban de visita.[37]
Costo
Antes de
considerar el precio de la educación en el instituto Estrada Palma, es
instructivo explorar el costo de la vida en general en aquel tiempo. Los clasificados del New York Times en 1891,
por ejemplo, anunciaban la venta de trajes de hombres por $16, y de “finos
vestidos de salir” para las damas por $7.98. Un libro de moda costaba $1.25.[38]
Las escuelas selectas
con internados de alumnos, como por ejemplo la Escuela Choate para varones en Connecticut, costaba $500 al año (en
el curso académico 1888-1889) por clases, dormitorio y comida.[39]
En la Escuela Modelo del estado de New
Jersey, para niños y niñas, en Trenton, NJ, el costo era de $200 al año. De
las escuelas privadas cercanas a Central Valley, el Seminario Amena, una escuela secundaria co-educacional metodista en
el condado de Dutchess (al otro lado del río Hudson) costaba $220 al año; la Academia del Monte St. Mary, en Newburg,
NY, como 25 kilómetros al norte de Central Valley era $150 al año.[40] En Manhattan, la Escuela de la Señorita
Falconer Perrin (para niñas) en el 244 de Lenox Avenue (hoy el Boulevard
Malcom X) en el corazón de Harlem, cuando este barrio era considerado elegante,
costaba $600 al año.[41]
El costo del
Instituto Estrada Palma era comparable al de las mas moderadas escuelas
privadas. Clases, dormitorio, comida, libros y demás artículos escolares
costaban $300 al año, con un costo adicional de $12 por agrimensura y $30 por
clases de piano. Los estudiantes externos que vivían en el área pagaban entre
50 centavos y un dólar por semana. La
evidente discrepancia en el costo entre internos y externos, podría reflejar
algo mas que los gastos extra de cuarto y comida; tal vez demostraban la
intención deliberada de unir a estudiantes de distintas clases
socio-económicas: los adinerados de América Latina y personas de medios mas
modestos del pueblo local.
“La
Patria Llama”
La vida de Don
Tomás en Central Valley en 1887 estaba bastante bien encaminada y
tranquila. El era un miembro respetado
de la comunidad local, el Instituto florecía, e inclusive habían planes para la
fundación de la Universidad Estrada Palma[42]
con similar filosofía bilingüe y bicultural que el Instituto. Pero a
finales de Septiembre de ese mismo año, José Martí, que ya estaba trabajando en
su empeño de unir a los cubanos para una nueva lucha por la independencia, se
fue a Central Valley a reclutar a Estrada Palma. Hacía falta que una persona de
la reputación de Don Tomás apareciera en público en apoyo a la causa.
Estrada Palma
consintió asistir a una reunión patriótica en el Templo Masónico de la ciudad de Nueva York el 10 de octubre, el
aniversario del Grito de Yara. A partir de ése día, Don Tomas empezó a viajar
frecuentemente a la ciudad para asistir a distintos eventos con sus
compatriotas. Estos, en turno, empezaron
a visitar repetidamente a Central Valley. Don Tomás aparecía regularmente como
orador, y escribía artículos en Patria.
Biznieto de Don Tomás Estrada Palma (del mismo nombre) con sus hijos en Central Valley en 2006 (Foto cortesía de la autora) |
En 1895, estaba
tan envuelto en los esfuerzos por la independencia, que con el inicio de la
nueva lucha en Cuba y la muerte de Martí, abandonó su escuela. El Instituto se disolvió en octubre de 1895.
Tarja conmemorativa en Central Valley |
[1] D.S. Lawrence and Co.,
"Orange County Directory for 1878-1979," (In www.usgennet.org/usa/ny/county/orange/cp).
[2] Edward
Cornell, Susanna Cornell Ferguson and Her
Descendants (Central Valley, NY:
Privately Published, 1937. In Friends Historical Library, Swarthmore College, PA.).
[3] Daniel Corzo Pi, Historia De Don Tomás Estrada Palma (La Habana: Imprenta de Díaz y Castro, nd).
[4] José Martí, "El Colegio De Tomas Estrada Palma En Central
Valley," Patria, (1892),
Reprinted in La Gran Enciclopedia Martiana, Miami, FL, Editorial Martiana,
Inc., 1978, 14, 349-353
[7]
Robert P. Porter,
Superintendent of Census, "Educational Statistics," Letter to The New York Times,2 December
1989.
[8]
Steven B. Levine, "The
Rise of American Boarding Schools and the Development of a National Upper
Class," Social Problems,
(1980) 281.
[9]
"The Choate School for
Boys, 1898-1899 Brochure,"
(Wallingford, CT.: From the Choate Rosemary Hall Archives, 333 Christian
Street, Wallingford, CT 06492).
[10]
James Crawford, Bilingual Education: History, Politics,
Theory and Practice, 3 ed. (Trenton,
NJ: Crane Publishing Co, 1995).
[11]
Ver, por ejemplo François Grosjean, Life with Two Languages (Cambridge, MA: Harvard University Press,
1982). Sección de Educación Bilingüe,
páginas 67-80; Heinz Kloss, The American
Bilingual Tradition (Rowley, Mass:
Newbury House, 1977).
Páginas 177– 178, 180
[12]
Mary Lynne Callahan,
"Woodbury Remembered: First Came the Indians," Photo News (Woodbury, NY), October 29,1980, 3.
[13] Emma Pérez Téllez, Historia De La Pedagogía En Cuba (La Habana, Cuba: Cultural, S.A., 1945).
[14]
Ver, por ejemplo "Brewer Boys Went to
School with President of Cuban Republic," Bangor News (Maine) January 10, 1902. Pagina 10
[15] Como por ejemplo la Academia Ruston que operó en La Habana desde 1920 hasta 1961 y que
sus antiguos alumnos,
incluyéndome a mi, todavía en contacto, la recuerdan con cariño. http://www.rustonacademy.net
[16] Woodbury Tax Assessor, "Parcel # 26-1-21.2 ".
[17] Rafael Heliodoro Valle, "Recuerdos De Don Tomás Estrada Palma," Diario de la Marina, La Habana, January 4, 1953.
[20] José Martí, "Marco Aurelio Soto," Patria, New York, NY. Reprinted in La Gran Enciclopedia Martiana,
Miami, FL Editorial Martiana, Inc. (1978) 10, 252, September 25, 1893.
[21]
Kenneth V. Finney,
"Rosario and the Election of 1887: The Political Economy of Mining in
Honduras," Hispanic American
Historical Review, (1979) 591.
[22] Lic. Ismael Zepeda and Gloria
Esperanza Núñez Flores, Tegucigalpa, Honduras, Comunicación personal, 2005.
[24]
"My Castillo
Family,"
http://mycastillofamily.wordpress.com/tag/tomas-estrada-palma/Accessed
July 24, 2013.
[25] José Martí, "Manuel Barranco," Patria, (January 2, 1895), La Gran Enciclopedia Martiana, Miami,
FL, Editorial Martiana, 1978. 5, 98. ; "History and Commerce of New York, 1891," (New York, NY: American Publishing and
Engraving Co.).
[26] José Martí José Martí to Francisco Ibern, 9 March 1893. In La Gran Enciclopedia
Martiana, Miami, FL. Editorial Martiana, Inc. (1978) 3, 110.
[27] _____________ José Martí to Martín Herrera, 9 March 1893. In La Gran Enciclopedia
Martiana, Miami, FL Editorial Martiana, Inc, (1978) 3, 99.
[28] Enrique Guiral Moreno,
"Comandante Miranda Y De La Rúa," Carteles
(La Habana), May 11 1952.
[29] Luis Rodolfo Miranda y de la Rua, Reminiscencias Cubanas De La Guerra Y De La
Paz (La Habana, Cuba: Imprenta P.
Fernández y Cia., S. en C., 1941).
[30]
"Death of Rafael
Calás," El Porvenir (New York),
New York, November 9, 1896. Reimpreso en Ena Curnow, Manana: Detrás Del
Generalísimo (Miami, FL.: Ediciones
Universal, 1995). p. 255
[31]
"Central Valley
News," The Cornwall Local
(Cornwall-on-Hudson, NY.), Cornwall-on-Hudson, NY., Thursday, January 23, 1902.
[32]
"Brewer Boys Went to
School with President of Cuban Republic." Bangor News (Maine), January 13 1902, Page 10.
[34]
"Woodbury Remembers Its
Famous Citizen: 1st President of Cuba," Newspaper clipping, No source,No date but probably January, 1959. In Woodbury
Historical Society, Highland Mills, N.Y.
[35] Martí, "El Colegio De Tomas Estrada Palma En Central Valley."
[36] La palabra “raza” era usada comúnmente en
lugar de “etnicidad,” o “nacionalidad.” Inclusive hoy en día aquellos no
entrenados en las ciencias sociales confunden a los tres términos.
[37] El General Calixto García era recordado
claramente por los hijos de los Cornell, porque tenía una cicatriz en la frente
en forma de una estrella, producto de un balazo. Ida Cornell Kerr,
"Recollections," (Unpublished manuscript, Highland Mills, N.Y:
Woodbury Historical Society, 1943 ).
[42] Kerr, "Recollections."
Referencias
Corzo Pi, Daniel. Historia De Don Tomás Estrada Palma. La Habana: Imprenta de Díaz y Castro, nd.
Crawford, James. Bilingual Education: History, Politics, Theory and Practice. 3 ed. Trenton, NJ: Crane Publishing Co, 1995.
D.S. Lawrence and Co. "Orange County Directory for 1878-1979." In http://www.usgennet.org/usa/ny/county/orange/cp.
"Death of Rafael Calás." El Porvenir (New York), New York November 9 1896, Reprinted in Ena Curnow, Manana: Detrás del Generalísimo, Miami, FL.: Ediciones Universal, 1995. 1255.
Levine, Steven B. "The Rise of American Boarding Schools and the Development of a National Upper Class." Social Problems (1980) 28. 1: 63-94.
——— to Francisco Ibern, 9 March 1893. In La Gran Enciclopedia Martiana, Miami, FL. Editorial Martiana, Inc. (1978) 3, 110.
Valle, Rafael Heliodoro. "Recuerdos De Don Tomás Estrada Palma." Diario de la Marina, La Habana January 4 1953, 56.
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Zepeda, Lic. Ismael , and Gloria Esperanza Núñez Flores. Tegucigalpa, Honduras, Comunicación personal, 2005.