Tuesday, September 27, 2016

Cirilo Villaverde en Nueva York (II)

Por Enrique Del Risco

El escritor en movimiento
Luego de su estancia en el número 59 Oeste de la calle 24 de Manhattan los directorios anuales de la ciudad recogen diferentes direcciones como residencia de Cirilo Villaverde hasta su muerte, ocurrida en 1894: 136th Alexander Avenue en el Bronx (1875-1877), y en Manhattan 42 E. 126th Street (1882-1883), 39 W. 24th Street (1883-1884) o el 1730 Broadway (desde 1890 hasta su muerte).

Una imprenta masónica
No obstante de todos los sitios asociados a la extensa presencia de Cirilo Villaverde en Nueva York ninguno más relevante que el marcado con el número 4 de la calle Cedar. Allí radicó durante décadas la imprenta El Espejo, la misma que publicaría en 1882 la versión completa y definitiva de “Cecilia Valdés”. Si bien acogida al principio con cierta reserva ya al año siguiente la novela recibiría elogios de Benito Pérez Galdós y en 1885 sería aclamada por Manuel de la Cruz como "obra maestra en el género" que "señala el máximo perfeccionamiento que hasta ahora ha alcanzado nuestra literatura". El novelista Ramón Meza haría notar el extraño mérito de conseguir reproducir con tal intensidad la sociedad cubana de 1830 a tanta distancia espacial y temporal:



"Nadie al recorrer muchas de las mejores páginas de esta obra magistral pudiera sospechar que se escribieran en lugar apartado, en medio distinto y extraño, después de dilatados años de ausencia. Hay tanta frescura en el trazado de los paisajes de la naturaleza cubana que en el libro abundan, hay tanta verdad, tanta realidad, hasta en los más nimios detalles de esta obra vasta y complicada, que no pudiera creerse que fuera escrita al calor de los recuerdos sino con la observación inmediata, directa, de un original que está a la mano y por tanto se ve, se toca"


La imprenta El Espejo estaba dedicada a imprimir una publicación periódica en español del mismo nombre “filled with advertisements for U.S.-made export products. Locomotives, wheelbarrows and pianos were the standard fare in the columns of El Espejo” (Lazo. 172). 



La publicación salió por primera vez a la luz como “El Espejo Masónico” a fines de 1865. Su director era André Cassard un destacado masón santiaguero de origen francés quien a su vez había sido el “fundador de los altos cuerpos del Rito Escocés de la masonería regular cubana” (Torres Cuevas, 108). 
Tiempo más tarde “como [la revista] ya no podía dedicarse al asunto especial de la Masonería, [Cassard] le quitó el adjetivo del título con que lo principió, dejándole solo el de El Espejo, que es en el día [1873] el periódico más grande y más hermoso de cuantos se publican en castellano [en Nueva York]” (Hyneman. XII). Interrumpida su publicación en 1869 por enfermedad de su dueño y director “El Espejo” no volvió a salir a la luz hasta noviembre de 1872.

"Trabajo por una bicoca"
Hacia 1874 Cirilo Villaverde entra a trabajar en la redacción de El Espejo que primero estuvo radicada en el 67-69 William Street y más tarde en su dirección definitiva del número 4 de Cedar Street. “Escribo a V. en la oficina del Espejo donde hace algunos meses que trabajo por una bicoca” (Cairo. 132) le cuenta a su amigo José “Pepe” Gabriel del Castillo y Azcárate (1824-1910) en una carta del 23 de junio de 1874. Allí trabajará Cirilo Villaverde hasta inicios de la década de 1890. Primero estuvo a las órdenes del susodicho Cassard hasta que en el otoño de 1881 El Espejo formalmente pasa a manos de Narciso Villaverde, primogénito del novelista.  
Negocios que no marchan bien
Pese a su carácter “puramente económico y mercantil” que le impedía “reproducir nada literario o novelesco” El Espejo no parece haber sido un negocio muy próspero. Mientras Villaverde insiste en sus cartas que de El Espejo es “de donde yo saco con qué sostener la familia” los informes de la firma R. G. Dun & Co., dedicada a investigar la rentabilidad empresarial dan una imagen más bien desesperada de su estado económico: muy escasas ganancias, sin nadie que les concediera crédito y teniendo que pagar al contado todas sus transacciones. 

Esquina de la calle Cedar correspondientes a los números 2 y 4 poco antes de ser demolido para ceder paso a la construcción de City Services Building


El extraño silencio del Apóstol

Cirilo Villaverde no llegó a presenciar el final de la empresa (1897) a la que había dedicado sus últimas dos décadas de vida: el 23 de octubre de 1894 moría en Nueva York a los 82 años de edad. En un famoso panegírico que le dedicara José Martí días más tarde lo llama "patriota entero y escritor útil [...] que dio a Cuba su sangre, nunca arrepentida, y una inolvidable novela". Y supone que debe haber muerto  "con el inefable gozo de no hallar en su conciencia, a la hora de la claridad, el remordimiento de haber ayudado, con la mentira de la palabra ni el delito del acto, a perpetuar en su país el régimen inextinguible que lo degrada y ahoga". Llama la atención, no obstante que esa mención, póstuma, fuera la única que Martí publicara sobre un compatriota con el que compartía ideales y exilio y cuyas oficinas estaban separadas por apenas unos pocos centenares de metros.

El último desafío
En lo que parece su último desafío al dominio español sobre su tierra natal su esposa Emilia Casanova lo hizo embalsamar y enviar a La Habana para ser enterrado en la Necrópolis Cristóbal Colón donde se congregaron los admiradores que tenía en la capital de la isla. Dice la investigadora Ana Cairo:
"Su viuda Emilia Casanova decidió que fuera enterrado en La Habana. Sería el último desafío al poder colonial. En diciembre, un grupo de intelectuales, encabezados por Juan Gualberto Gómez, Enrique Hernández Miyares, Ramón Meza, acudieron al puerto a recibir a los familiares y rendir el último  tributo ante el sarcófago. Después, se trasladaron al cementerio de Colón"
Emilia no lo sobreviviría mucho más de dos años muriendo en la propia ciudad el 4 de marzo de 1897 siendo enterrada en el cementerio de St. Raymond en el Bronx. Sus restos serían trasladados a Cuba medio siglo después, en 1947.


Desaparece una casa
La propia dirección de 4 Cedar Street desapareció décadas después de la muerte de Villaverde cuando en la manzana en que se hallaba fue construido entre los años 1931 y 1932 un edificio art deco de 67 pisos conocido en principio como City Services Building, luego como American International Building y actualmente por la dirección 70 Pine Street.
Vista actual del edificio por el costado que debe haber ocupado la fachada de 4 Cedar Street




Bibliografía


Cairo Ballester, Ana. [compiladora] Letras. Cultura en Cuba. Volumen 4. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1987

Cova, de la, Antonio Rafael. Review of Lazo, Rodrigo, Writing to Cuba: Filibustering and Cuban Exiles in the United States. H-LatAm, H-Net Reviews. October, 2005.

Hyneman, Leon. Cincuenta años de la vida de Andrés Cassard. Nueva York: George L. Lockwood, 819 Broadway, 1873.

Lazo, Rodrigo. Writing to Cuba. Filibustering and Cuban Exiles in the United States. The University of North Caolina Press, 2005.

Torres Cuevas, E. Historia de la masonería cubana Seis ensayos. Segunda Edición. La Habana : Ediciones Imagen Contemporánea, 2005.

Cirilo Villaverde en Nueva York (I)


Por Enrique Del Risco

Poco se discute el sitio privilegiado que ocupa Cecilia Valdés en la novelística cubana del siglo XIX. O incluso en la conformación del imaginario nacional cubano. Bastante menos conocido es que su autor, Cirilo Villaverde (1812- 1894) viviera la mayor parte de su vida adulta (de 1849 a 1858 primero y luego de 1860 hasta su muerte en 1894) en los Estados Unidos y que su obra cumbre fuera publicada en Nueva York ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida adulta. Tras participar en el movimiento conspirativo dirigido en la isla por el general venezolano Narciso López fue detenido y condenado “a 10 años de presidio y en revista, a muerte en garrote vil”. El 31 de marzo de 1849 se fuga de la prisión en compañía de otro preso y un guardián de la cárcel al que había sobornado y se embarca hacia los Estados Unidos “oculto en la bodega de una goleta costera” (Calcagno, F. 689). Al llegar a Nueva York se incorporaría de inmediato al movimiento que por aquellos días organizaba Narciso López para arrancar la isla de Cuba del dominio español con la intención declarada de anexarla a los Estados Unidos. Villaverde como secretario personal de Narciso López asistiría al complejo proceso conspirativo que llevó a las sucesivas y fallidas expediciones que el general venezolano llevaría a Cuba y a la creación de los emblemas que terminarían siendo los del futuro estado nacional: el escudo y la bandera cubanos.
Aparte de diferentes estancias en Nueva Orleans entre 1850 y 1854 y su estancia entre 1854 y 1855 en Filadelfia (ciudad en la que conocería a Emilia Casanova y se casaría con ella) Villaverde desarrolló casi toda su vida norteamericana en Nueva York. Allí nacerían dos de sus hijos, participaría en la redacción de publicaciones como La Verdad (1852-1854) La América de 1861 a 1862 y La Ilustración Americana de 1865 a 1869 y junto a su esposa fundaría colegios en Oak Point, Bronx, NY y Weehawken, NJ, proyectos que aparentemente tuvieron poca duración.
Al estallar la gesta independentista de 1868 desarrollaría junto a su esposa una intensa campaña de apoyo a la insurrección independentista de 1868. Emilia Casanova, nacida en la ciudad de Cárdenas había llegado a presenciar el desembarco en dicha ciudad de Narciso López y desde entonces había estado consagrada a la causa de la independencia del yugo español. La revolución de Yara de 1868 hizo de Emilia una de las figuras más visibles del exilio cubano al punto que la prensa integrista la convirtió en blanco predilecto de sus ataques. 
Hija del inmigrante canario Inocencio Casanova, que a través de diversas empresas y propiedades en la ciudad de Cárdenas llegaría a ser uno de los hombres más ricos de Cuba Villaverde Emilia Casanova puso su fortuna a disposición de la causa independentista. Durante un tiempo ella y su esposo vivieron con su padre en el Bronx en el llamado Castello Casanova, una de las residencias particulares más impresionantes del país. De aquella residencia se dice que durante la guerra del 68 se almacenaron armas para la contienda independentista y desde la que partieron envíos de armas hacia Cuba. “Senor Casanova’s mansion became a secret cache for Cuban arms to be used in a revolution, and local lore tells of mysterious ships that ventured up the creek on moonless nights, with cautiously sounding the channel” (McNamara. 29).
La calle 24 vista desde la sexta avenida hacia 1930
Hacia 1872 Emilia y Cirilo se mudaron al número 59 Oeste de la calle 24 de Manhattan, sitio que se transformaría en centro del exilio político cubano en la ciudad de Nueva York en aquellos años. Cuando en octubre de 1873 las autoridades españolas capturaron el barco expedicionario Virginius y comenzaron a ejecutar a sus tripulantes un periodista de The New York Times acudió a dicha dirección para conocer las reacciones de Villaverde, de Emilia Casanova y del resto de los concurrentes. “La residencia del señor Villaverde estuvo abarrotada a lo largo del día de ayer. Entre los presentes se encontraba un capitán que había participado en tres expediciones a la isla y que dijo estar preparado para partir en otra expedición en cualquier momento y un gran número de hombres, tanto cubanos como ciudadanos norteamericanos dijeron estar listos y ansiosos para incorporarse como voluntarios a la causa. La señora Villaverde y su esposo conocían a la mayoría de las víctimas de la expedición del Virginius personalmente y contribuyeron grandemente a la preparación de esa y de otras expediciones previas”.
Recorte correspondiente al 15 de noviembre de 1873

Vista actual de la calle 24 vista desde la 6ta avenida

Bibliografía

Calcagno, Francisco. Diccionario biográfico cubano, N. Ponce de León-D.E.F. Casona, New York-La Habana, 1878-1886.

McNamara, John. McNamara's Old Bronx. Bronx, N.Y. : Bronx County Historical Society; 1989


Monday, September 19, 2016

“Antes de Cuba Libre. El surgimiento del primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma”

            
Margarita García: “Antes de Cuba Libre. El surgimiento del primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma” (Madrid: Betania, 2015, 200 páginas).

Por Octavio de la Suarée
La reciente publicación de Margarita García, profesora emérita de Montclair State University en New Jersey, Antes de Cuba Libre: El surgimiento del primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, llama la atención del interesado en la historia de Hispano América por muchos motivos pero, en especial, por 3 razones principales. En primer lugar, por la novedad de dedicarse al estudio de una de las figuras más polémicas hoy día en la historia de la República de Cuba desde su establecimiento a principios del Siglo XX; asimismo, por concentrarse en la formación, desarrollo y actuación de Tomás Estrada Palma en el período inmediatamente anterior a ser electo Presidente de Cuba in absentia a finales de 1901, una de sus etapas menos estudiadas; y, por último, por tratarse de la siempre interesante Isla en este momento en que los líderes de Cuba y Estados Unidos logran un entendimiento y dan por concluidos los motivos que mantenían a los dos países separados por más de medio siglo.
A Tomás Estrada Palma se le conoce mayormente en la historia de Cuba por su participación en 2 acontecimientos notables a principios del siglo pasado; primero, como Presidente de la República de 1902 a 1906 y por igual como el responsable de la intervención de las fuerzas armadas norteamericanas entre 1906 a 1909. Mucho se ha especulado sobre esta complicada acción suya y la autora de la obra, Margarita García, no ofrece excusas en defensa de Estrada Palma de pedir ayuda norteamericana, decisión que le cuesta al presidente su monumento en La Habana y su lugar en la revisionista historia del actual gobierno de Cuba. Sin embargo, con la perspectiva que nos brinda ya más de un siglo transcurrido desde entonces, hay que tener presente que aquella época se caracterizaba por la expansión territorial de Europa Occidental y de los Estados Unidos en busca de nuevos mercados económicos. A la vez la despreciada Enmienda Platt a la Constitución cubana ya se encontraba vigente. Por otro lado, como sí indica la profesora García, varios otros hechos de naturaleza personal en la vida de Estrada Palma ofrecen más luz sobre el tema y quizás pudieron haberlo inclinado a tomar tal medida, incluyendo los más de 15 años que pasó viviendo en Estados Unidos; el desarrollo de su vida y su aclimatación en Central Valley, New York, como Director del Instituto Estrada Palma; la realidad de que casi todos sus hijos fueran nacidos y se formaron en este país; el hecho de que, como Delegado de la Junta Revolucionaria Cubana a la muerte de José Martí, Estrada Palma ya estaba en contacto con la administración norteamericana a través de su abogado y los miembros de su Delegación en Washington, D.C.; y, por último, su admiración por la joven y fuerte nación que ayuda a conseguir la Independencia de su patria y pone fin al colonialismo español en las Américas.
La profesora García estudia la vida y obra de Tomás Estrada Palma solamente desde su nacimiento hasta su llegada a La Habana para tomar posesión de la Presidencia el 20 de mayo de 1902, sin entrar en su actuación como presidente, lo cual excluye el reconocimiento de sus méritos como estadista, entre ellos, el reducir a solo Guantánamo el interés de los Estados Unidos de establecer 7 bases militares en la isla; el conseguir que Isla de Pinos –ambicionada por los norteamericanos- permaneciera como parte del territorio de la República de Cuba; y su intachable honestidad demostrada en el hecho de que el Tesoro de la República mostrase un superávit al final de su periodo en 1906. La obra se halla dividida en 4 partes teniendo en cuenta las 4 facetas más importantes de su vida, a saber, su labor como patriota, como maestro, como Delegado del Partido Revolucionario Cubano y, por último, los acontecimientos personales ocurridos en el período de 1898 a 1902, que mucho van a influir en su futuro.Sus esfuerzos como patriota por la causa de la independencia cubana son muy conocidos por todos hoy día, comenzando con su participación en la lucha desde el inicio de la Guerra de los Diez Años en su natal Bayamo y en Yara, su actuación como miembro de la Asamblea de Diputados durante todo el conflicto y el hecho de que es Presidente de la República de Cuba en Armas cuando cae prisionero de las fuerzas españolas en 1878. Los 18 meses siguientes que pasa en prisión los va a aprovechar para el desarrollo de sus teorías sobre la educación, ideas que implementa a su regreso de Honduras donde establece familia y pasa unos 5 años dedicado a la enseñanza y en el desempeño de varias funciones gubernamentales. De vuelta en Central Valley comienza ahora la década más productiva de su vida, primero como director del exitoso Instituto Estrada Palma, donde cursan estudios alumnos de familias cubanas, latinoamericanas en general y asimismo norteamericanas. Estrada Palma – señala el crítico- se refería al nuevo mundo “’como dividido en dos razas, la anglosajona y la latina’, pero que ‘los dos grupos, por sus instituciones republicanas y por los sentimientos democráticos que inspiran igualmente a todos sus ciudadanos, forman una sola comunidad’. La escuela, esperaba él, ‘sería un lugar de contacto cordial y fructífero entre los hijos de las diferentes divisiones del hemisferio occidental; porque bien se sabe que las impresiones que se despiertan y los lazos de amistad que se adquieren en el aula constituyen las más memorables reminiscencias de la vida’. Su objetivo, pues, era el de ‘propagar el conocimiento de inglés entre los latinoamericanos y el conocimiento de español entre los anglosajones”. Por desgracia, como indica Margarita García, no existen detalles de teoría educacional de Estrada Palma aparte de sus ideas sobre la importancia del bilingüismo y el biculturalismo, pero sí se puede obtener una “excelente descripción de la atmósfera de la escuela y de los objetivos del curso de estudio gracias a la pluma de José Martí, que visitaba frecuentemente Central Valley. Éste, en un artículo publicado en la revista Patria, describe que la escuela en el “majestuoso y saludable valle” transforma rápidamente a los latinoamericanos en jóvenes que hablan “inglés puro” y que componen correctamente sus ideas en español, en francés y en inglés”. Añade además que “la cultura y el idioma del país anfitrión deben aprenderse, “porque aquellos que no lo hacen son hombres sin brújulas, partidos por la mitad, nulos para los demás y para sí; no benefician al país en que han de vivir y no saben beneficiarse de él”.
No obstante, el Apóstol de la Independencia cubana, estaba trabajando muy duro en su empeño por unir a los cubanos para una nueva lucha por la independencia y en septiembre de 1887 fue a reclutar a Estrada Palma a Central Valley. Hacía falta – le dijo- que una persona de la reputación de Don Tomás apareciera en público en apoyo a la causa. Y desde ese momento Estrada Palma empieza a desatender los asuntos del Instituto y a compenetrarse más aún con la causa cubana, y al morir Martí en Dos Ríos en 1895 abandona definitivamente el Instituto y se muda a Nueva York ya electo Delegado de la Junta Revolucionaria Cubana. Es ahora cuando el patriota y el maestro comienza a demostrar sus cualidades de delegado como conciliador entre los diferentes grupos cubanos, como recaudador de fondos, como organizador de expediciones armadas y como diplomático tratando de obtener el reconocimiento del gobierno norteamericano para Cuba como ‘país beligerante’, lo cual evitaría la persecución de sus guardacostas, entre otras obligaciones. La última parte del libro se concentra en el retorno de Estrada Palma a Central Valley tratando de volver a levantar el Instituto, su interés de permanecer en Estados Unidos durante la Guerra Hispano Americana y después, la visita de Máximo Gómez instándolo a postularse como candidato presidencial en las próximas elecciones de diciembre de 1901, y, finalmente, su entrada triunfante en Cuba como presidente electo de la joven nación. Tenemos entendido que habrá 2 versiones de este libro, una en español – la que nosotros reseñamos- y otra en inglés próxima a publicarse. La edición en castellano es de bolsillo, con una bella portada de Paul Caicedo, que muestra la isla de Cuba vista desde el espacio. Asimismo, la obra contiene una foto de Tomás Estrada Palma sentado en la silla presidencial, una bibliografía y un índice onomástico. Esperemos que esta obra sea difundida por toda la isla en breve para que el pueblo cubano pueda darse cuenta al fin del engaño a que ha sido sometido en la figura de Tomás Estrada Palma por el régimen castrista, salga de su ignorancia y rectifique su error.

Sunday, September 18, 2016

INVESTIDO EL DR. GUSTAVO PÉREZ-FIRMAT COMO MIEMBRO DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA DE CUBA EN EL EXILIO


El conocido escritor cubano-americano Gustavo Pérez-Firmat fue investido como miembro de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio en una reunión de la Junta Directiva de dicha organización llevada a cabo el sábado 17 de septiembre en el local de la Unión de Expresos Políticos Cubanos, Zona Noreste, en Union City (NJ). La presentación del nuevo académico estuvo a cargo de la Dra. Oneida Sánchez, Directora de Relaciones Públicas de la Institución. Como parte de la ceremonia de investidura, el Dr. Pérez-Firmat leyó un destacado discurso titulado “El Quinquenio feliz”, el cual fue respondido por el Dr. Octavio de la Suarée, Secretario de la corporación. El nuevo académico es autor de numerosos libros (tanto en español como en inglés) que tratan, fundamentalmente, de la vida de los cubanos exiliados en los Estados Unidos y sus descendientes, lo mismo desde el punto de vista histórico como cultural.

Su obra más conocida hasta ahora se titula Life in the Hyphen: the Cuban-American Way (1994) con el título español de Vidas en vilo, probablemente el ensayo cubano más famoso e influyente publicado hasta el presente en los Estados Unidos, con varias ediciones en su haber. Trata de sí mismo en tanto que fenómeno cultural de toda una generación de escritores que sienten que la condición de cubano-americanos implica no ser completamente ni lo uno ni lo otro; de ahí la vida en el guion que sirve de nexo o frontera a ambos gentilicios.

            Life in the Hyphen constituye la obra fundamental para comprender a cabalidad el estar aquí y ser allá ‘a la cubana’ de los niños del destierro. Es de destacar que, dada la alta calidad literaria del ensayo, este ha calado más allá de sus lectores inmediatos, llevando el mensaje y el retrato del nuevo cubano que no es del todo tal o del bisoño americano que no llega a serlo por completo como un nuevo rostro cultural en el pensamiento norteamericano postmodernista. Pudiera decirse que su salida constituyó la carta de presentación de una nueva cultura (que me resisto a calificar de híbrida) inmersa en la cultura norteamericana en general.

            Otras obras donde el ensayista sigue desarrollando el tema de la cubanía ‘americanizada’ son Next Year in Cuba: A Cubano’s Coming-of-Age in America (1995) y A Cuban in Mayberry: Looking Back at America’s Hometown (2014).

            La Academia de la Historia de Cuba en el Exilio se honra de contar entre sus miembros al Dr. Pérez Firmat.

El Dr. Gustavo Pérez-Firmat recibe de manos del Dr. Eduardo Lolo (Presidente de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio) el diploma que lo acredita como miembro pleno de la organización

Monday, September 12, 2016

Acto de investidura y premiación

Según se había anunciado, en la tarde del viernes, 9 de septiembre del 2016, tuvo lugar el acto de investidura a la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio (AHCE) de la Dra. Margarita García y del Sr. Pedro Corzo como nuevos miembros de nuestra institución. Después de sus discursos de investidura habló el Secretario de la Academia, Dr. Octavio de la Suarée, para darles la bienvenida. El acto tuvo lugar en el local de la Unión de Expresos Políticos Cubanos, Zona Noreste, Union City, NJ, correspondiéndole al Vicepresidente de dicha institución Aurelio Candelaria las palabras de bienvenida a la concurrencia que eran alrededor de 60 personas. La Dra. Oneida Sánchez, Secretaria de Relaciones Públicas de la Academia actuó como Maestra de Ceremonias.
Después del acto de investidura de los nuevos miembros tuvo lugar la entrega de la Orden al Mérito “Enrique Ros” a la Unión de Expresos Políticos Cubanos, Zona Noreste, por su patriotismo y perseverancia a favor de la libertad y la democracia de nuestra Patria. También se le otorgó a Pedro Corzo la misma Orden al Mérito por su gran labor al frente del Instituto de la Memoria Histórica Cubana. Seguidamente se leyó un mensaje de agradecimiento de la Congresista Ileana Ros-Lehtinen por haber nombrado la Orden al Mérito con el nombre de su padre Enrique Ros, ya fallecido, para otorgar dicha Orden como reconocimiento a instituciones y personas destacadas del exilio cubano. Cerró el acto con acertadas palabras el Presidente de la Academia Dr. Eduardo Lolo, quien también hizo entrega de los diplomas a los nuevos ingresados y a los recipientes de la Orden al Mérito “Enrique Ros”.
Luis Israel Abreu
Vicepresidente de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio

[Nota: Para ver video de la investidura y premiación del Sr. Pedro Corzo pinchar aquí.]

A la izquierda el Dr. Jesse Fernandez, al centro Dra. Oneida Sanchez y a la derecha el Dr. Octavio de la Suarée

De izquierda a derecha los señores Cuco Moro, Pedro Corzo, Hector Perdomo y Eduardo Lolo, presidente de la Academia.

Tuesday, September 6, 2016

Invitación

La Academia de la Historia de Cuba en el Exilio

Invita a los miembros de las organizaciones cubanas del exilio en el área de Nueva York y Nueva Jersey y al público en general a acompañarnos en el

ACTO DE INVESTIDURA Y PREMIACIÓN

que tendrá lugar el viernes 9 de septiembre a las 7:30 PM en el local de la Unión de ExPresos Politicos Cubanos, Zona Noreste, sito en la calle 43 #508 de Union City (NJ) con el siguiente

PROGRAMA

Primera Parte: Investidura de nuevos miembros.
Introducción por la Dra. Oneida Sánchez, Directora de Relaciones Públicas de la AHCE, quien fungirá como Maestra de Ceremonias.
Discurso de Investidura de la Dra. Margarita García, con el título de “Victimología Cubana”.
Discurso de Investidura del Dr. Gustavo Pérez-Firmat, con el título de “El quinquenio feliz”. Discurso de Investidura del Sr. Pedro Corzo, con el título de “1959, entre el miedo y la esperanza”.
Discurso de Respuesta a los investidos por el Dr. Octavio de la Suarée, Secretario de la AHCE Entrega de los diplomas a los investidos por el Dr. Eduardo Lolo, Presidente de la AHCE.

Segunda Parte: Entrega de la Orden al Mérito “Enrique Ros.”
Reproducción de un video contentivo de un mensaje de la Hon. Ileana Ros-Lehtinen. Entrega de la Orden al Mérito “Enrique Ros” en la categoría individual al Sr. Pedro Corzo. Entrega de la Orden al Mérito “Enrique Ros” en la categoría institucional a la Unión de Expresos Políticos Cubanos, Zona Noreste.
Breves palabras de conclusión del acto por el Dr. Eduardo Lolo, Presidente de la AHCE.


QUEDAN TODOS INVITADOS