Como adelanto al segundo número del Anuario Histórico Cubanoamericano que recién acaba de aparecer les presentamos uno de los artículos que lo componen y que fuera presentado en el primer congreso de la AHCE
Historia de las falsificaciones contada por sus palabras
Historia de las falsificaciones contada por sus palabras
Por Enrique Del Risco
La Historia
no la escriben necesariamente los vencedores. La Historia suelen escribirla historiadores
que sí, con frecuencia están a sueldo de los vencedores que son los que quedan
en mejores condiciones para subvencionar a los historiadores después de cada
contienda. Pero incluso cuando la Historia no la escriban los vencedores
debemos tener en cuenta que la Historia como tal no está compuesta de hechos
sino de palabras. Compuesta por un lenguaje que refleja otra guerra, la guerra
de insultos, invectivas, descalificaciones que precede y acompaña a las
acciones físicas. Una guerra en la que —y en eso Goebbels, el ministro de
propaganda nazi, lo tenía claro— no ganan necesariamente la inteligencia y la racionalidad
sino la repetición y el volumen.
La
entronización en Cuba a partir de 1959 de un régimen político totalitario impuso
reglas de juego más a tono con los preceptos de Goebbels. Ya no se trataba de
la propaganda elaborada por un gobierno o por la prensa afín para difamar a sus
opositores. A partir de entonces se erigió un sistema que no solo controlaba
por completo la esfera política sino también los medios de difusión masiva, la
publicidad, las casas editoriales, el sistema educativo un complejo y ubicuo
entramado de organizaciones de masas para imponer la ideología y voluntad
política de su líder. Cada vez que Fidel Castro comparecía ante las cámaras de
televisión para pronunciar sus maratónicos discursos —que en la década del
sesenta alcanzó una frecuencia semanal— sus palabras eran transmitidas por todos
los canales de televisión existentes y por todas las emisoras nacionales de
radio. Pero no solo eso: en los días siguientes sus palabras eran reproducidas
literalmente por toda la prensa escrita y luego “discutidas” —esto es
repetidas, machacadas y digeridas— en multitud de “círculos de estudio” cual si
de textos bíblicos se trataran. Y más allá de esto sus principales frases eran
repetidas en vallas por todo el país, en los actos matutinos de las escuelas o
en los textos oficiales por los que estudiaban niños y adultos. O luego servían
de exergo a los libros académicos para justificar la visión del autor que las
más de las veces era la del poder que lo autorizaba a existir como tal.
Pero
no pretendo decir que esos discursos que se agolpaban en la prensa nacional
conformaban la mentalidad de los cubanos a su imagen y semejanza. Después de
todo muchas veces los nuevos discursos negaban lo que se había dicho en los
anteriores. Más importante que la difusión de las ideas del líder fue la
deformación del vocabulario cubano hasta incapacitarlo para dar cuenta de su
propia realidad. La escritora Masha Gessen al estudiar el caso soviético afirma
que “la capacidad de dar sentido a la propia existencia en el mundo es propia
de la libertad” y que “el régimen soviético despojó a las personas no solo de
la aptitud para vivir en libertad, sino también de la capacidad para comprender
cabalmente de qué se les había despojado y cómo había ocurrido esto”. Así el régimen
buscaba “aniquilar la memoria personal y la memoria histórica tanto como el
análisis académico de la sociedad” y su sistemática labor de propaganda fue de
hecho un ataque a “la humanidad de la sociedad rusa, que perdió las
herramientas e incluso el lenguaje para entenderse” (Gessen.15) De eso
precisamente quiero hablar en esta ponencia: del lenguaje del castrismo. Porque
no se trata solo de que la sociedad cubana haya perdido las palabras para
explicarse a sí misma sino que estas han sido sustituidas por un léxico ideado
para hacer más profunda tal incomprensión.
El
lingüista judío alemán Victor Klemperer apuntaba en su estudio de La lengua del Tercer Reich que en el
esfuerzo propagandístico de los nazis “el efecto más potente no lo conseguían
ni los discursos, ni los artículos, ni las octavillas, ni los carteles” ni nada
“que se captase mediante el pensamiento o el sentimiento conscientes”. De
acuerdo con Klemperer el “nazismo se introducía más bien en la sangre de las
masas a través de palabras aisladas, de expresiones, de formas sintácticas que
imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica
e inconsciente” (Klemperer.31). Klemperer, lingüista al fin, estaba convencido
de que “el lenguaje no solo crea y piensa por mí sino que guía a la vez mis
emociones”. Y lo decía ante la evidencia de que incluso la caída del Tercer
Reich no había conseguido llevarse consigo el lenguaje que creó sino que este
persistía incluso entre quienes desde una ideología contraria intentaban describirlo.
Si
observamos el caso cubano debemos reconocer el triunfo casi total de la
neolegua totalitaria. El léxico impuesto desde el poder ha sido adoptado no
solo por su sistema de propaganda o por sus repetidores dentro o fuera de la
isla sino por el cubano de a pie, por los cubanos cultos, por los exiliados, por
los académicos de adentro o afuera, por castristas o anticastristas. Las expresiones
usadas para definir el régimen cubano “Revolución Cubana”, “Cuba socialista”
son las escogidas por él mismo; su peor crisis no conoce otra denominación que la
de “Período Especial”; a la disidencia que se produjo dentro del seno del
Partido Comunista a finales de los sesenta la llaman por el despectivo epíteto
de “microfracción” y a la destrucción de los remanentes de pequeña empresa y el
trabajo por cuenta propia en 1968 se le conoce como “Ofensiva Revolucionaria”; y
al repunte ideológico y represivo alentado por el apoyo chavista y la campaña
alrededor del balserito Elián González se insiste en llamarle “Batalla de las
Ideas”. Cualquier intento por describir lo que ha pasado en la isla en las
últimas décadas con mayor apego al fenómeno en sí y menos al vocabulario que ha
producido es visto como tendencioso, extremista, poco objetivo. La lengua del
castrismo ha demostrado ser, en fin, su baluarte más firme. De tan ubicua y
aceptada que es se ha vuelto invisible incluso para sus propios detractores.
Uno
de los casos en los que la lengua del castrismo ha mostrado su eficacia es en
nombrar a sus enemigos. En su intento de negarles agencia, dignidad, voluntad
propia y, llegado el caso, hasta su propia humanidad. En ese sentido la palabra
“gusano” fue y sigue siendo un hallazgo ejemplar. Aparecida en el apogeo de la
instauración del régimen totalitario y cuando este encontraba una mayor
resistencia interna, el término imitaba “la visión apocalíptica nazi” en la que
al decir de un estudioso los judíos “putativos enemigos de la civilización […]
eran representados como organismos parásitos —como sanguijuelas,
parásitos, piojos, bacterias o vectores de contagio” (Smith.15). El propio
Hitler había proclamado en su Mein Kampf
que “El judío es y será siempre el parásito típico, un bicho, que, como un
microbio nocivo, se propaga cada vez más, cuando se encuentra en condiciones
adecuadas. Su acción vital se parece a la de los parásitos de la Naturaleza. El
pueblo que le hospeda será exterminado con mayor o menor rapidez”
(Hitler.185-186).
El
primer discurso donde Fidel Castro menciona la palabra “gusano” corresponde al
del día 2 de enero de 1961. Allí la repite nada menos que 23 veces. Su
estrategia para entronizarla se hace evidente. Empeñado en representar el papel
de David frente al Goliath norteamericano Castro debe reconocer no obstante la
existencia de una resistencia interna pero insistiendo en su total dependencia del
enemigo externo. “Ese enemigo poderoso —dice Castro— ha
sido el encargado de “revolver la gusanera” aquí en nuestro país […] Y los gusanos se han removido, los gusanos se
han agitado”. La resistencia interna no sería una reacción de descontento ante
el régimen sino el rezago de un pasado putrefacto porque “los gusanos no pueden
vivir sino de la pudrición […] no podían vivir ni hacer de instrumentos del
imperialismo, como no fuese en el mundo y en el medio corrompido en que vivía
nuestro pueblo antes del día luminoso del 1ro de enero de 1959” (Castro. 2 de
enero, 1961). Y si yo hablaba antes de un hallazgo es porque “gusano” al tiempo
que difama al contrario retiene una suerte de desparpajo popular. Gracias a eso
consigue entrar en el vocabulario corriente como una disyuntiva frente a la que
cada cubano debía definirse. Una disyuntiva que se resume en este diálogo de la
película Memorias del subdesarrollo:
“Tú no eres revolucionario ni “gusano”. “¿Entonces qué soy?”. “Nada, tú no eres
nada”.
Fotograma de "Memorias del subdesrrollo" |
Con
el epíteto “gusano” se busca, además, reducir la complejidad de la oposición al
castrismo —desde el latifundista hasta el revolucionario frustrado— a una imagen
elemental y única. Según Klemperer el principio en que se basaban los insultos nazis
era este: ¡Que tus oyentes no se planteen un pensamiento crítico, trátalo todo
de manera simplista! Si hablaras de varios adversarios, alguien podría pensar
que tú, el aislado, tal vez no tuvieras razón… Así pues, redúcelos a un común
denominador, ponlos todos juntos en un paréntesis, establece un rasgo común
entre ellos” (Klemperer.254)
Cartel reciente contra la bloguera Yoani Sanchez |
Pero
con tal epíteto no se buscaba únicamente significar la “esencia corrupta y
servil” de los así llamados “gusanos” sino también justificar su exterminio.
Elías Canetti explica en su famoso libro Masa
y poder que con la animalización del contrario el “detentador del poder
además que degrada a los hombres hasta convertirlos en animales […] degrada a
nivel de alimaña todo lo que no es apropiado para ser dominado, y finalmente lo
extermina por millones” (Canetti.382). No sorprende que en un discurso Fidel
Castro admita que “a los que no podamos convencer ni persuadir ni neutralizar,
a los que nos combatan, a los que nos hagan la guerra sencillamente [deberemos]
hacerles la guerra […] a los contrarrevolucionarios activos, como parásitos que
son […] como gusanos que son […] como servidores del imperialismo que son [debemos]
exterminarlos” (Castro.13 de marzo,1961).
No
fue “gusanos” la única designación utilizada por el castrismo contra sus
adversarios. Otra que ha tenido empleo extenso es la de “mercenario”, asociada
desde 1961 a los miembros de la brigada 2506 derrotada en Playa Girón. Incluso
antes que desembarcaran a lo largo de la bahía de Cochinos ya Fidel Castro
había desarmado a los futuros invasores de cualquier objetivo autónomo
llamándolos “mercenarios”. En un discurso del 4 de marzo de 1961, cuando
todavía faltaba más de un mes para la proyectada invasión Castro repite 21
veces el vocablo. Como para asegurarse que penetrara en el léxico de su sistema
de propaganda y a su vez en el de toda la nación.
Y
así fue. De la eficacia del vocablo da cuenta la manera en que se entronizó en
el habla coloquial cubana. Al punto que en la conocida canción “Memorias” de un
cantautor “contestatario” como Carlos Varela al tiempo que evoca la censura
contra “los discos de los Beatles” añade, con aire alegre que “cambiamos
mercenarios por compotas/ cuando Playa Girón” (Varela). El régimen consideró
este término lo suficientemente eficaz como para que entrado el siglo XXI, ante
la aparición de una nueva hornada de disidentes, volviera a endilgárselo como
si una nueva invasión se tratara. Si esta vez el término no ha calado en el
habla popular al menos justifica la insistencia de la prensa oficial en cuestionar
las fuentes de financiamiento de los disidentes y presiona a estos a que den
explicaciones sobre su financiamiento.
También
está el caso de la expresión “bandidos del Escambray”, usada para calificar a las
guerrillas rurales que enfrentaban al régimen cubano en los años sesenta. Fue
una frase que al mismo tiempo cuestionaba la catadura moral de los rebeldes y
reducía a fenómeno local lo que fue —en su momento de mayor actividad— una serie de levantamientos
guerrilleros que abarcó todas las provincias del país. Aunque Fidel Castro
hablara profusamente de “bandas contrarrevolucionarias” curiosamente el término
“bandidos” fue poco usado por este para referirse a los que se rebelaban contra
su régimen. Pero es obvio que el sistema de propaganda fue instruido al detalle
de cómo debía manejarse ante ese fenómeno. De manera que la represión contra
estas guerrillas campesinas fue conocida como Lucha Contra Bandidos y el
esfuerzo por exterminarlas fue oficialmente bautizado como la “Limpia del
Escambray”. Tal manipulación lingüística ha sido lo bastante exitosa como para
que rara vez se use el término “guerrillas” para referirse a esta forma de
resistencia ni siquiera entre los historiadores del exilio. En su afán de exterminarlos
el régimen estaba consciente que el cerco y el aislamiento físico al que
sometió a estos combatientes no estaría completo sin el correspondiente acoso
lingüístico.
La imaginación
mostrada por el régimen castrista para destruir a sus contrarios ha sido demasiado
profusa para no pretender siquiera resumirla en esta ponencia. Sin embargo, no
quisiera cerrar este recuento sin referirme a otro epíteto que marcó época en
la Historia cubana. Me refiero a “escoria”. Su uso se circunscribe especialmente
al año 1980 y a los sucesos que desembocaron en la crisis de la embajada del
Perú en el que casi 11 mil personas buscaron refugio en la sede diplomática
peruana en La Habana y al posterior éxodo por el puerto del Mariel de más de
125 mil cubanos hacia los Estados Unidos. Una palabra hasta entonces extraña al
habla cubana aparecía indisociable de aquellos sucesos.
No
fue Fidel Castro el primero en pronunciarla. Al menos no en sus discursos. La
menciona el 1ro de mayo de ese año cuando la crisis llevaba un mes de iniciada
y ya era el término oficial usado por la prensa para aludir a los que
intentaban escapar. En esta ocasión, al parecer, el régimen prefirió que dicha
palabra pareciera surgir del propio pueblo, un clamor popular que era en
realidad el muñeco del ventrílocuo. Hasta donde he podido investigar la primera
mención que aparece en el órgano oficial del partido Comunista de Cuba, el
diario Granma, es el 7 de abril, a
una semana exacta de la entrada en la embajada de los primeros solicitantes de
asilo en un editorial titulado “La posición de Cuba”. El objetivo de este es
presentar a los refugiados como antisociales (haciendo énfasis especialmente en
la condición homosexual de “no pocos de ellos”), seres que no merecían ser
protegidos por ninguna ley de asilo político. Dice el editorial:
Como dijo Fidel en la clausura del último Congreso de la Federación de
Mujeres Cubanas, la histórica empresa de hacer una revolución y construir el
socialismo es absolutamente voluntaria y libre. Aunque en nuestro país no se
persigue ni hostiga a los homosexuales, entre los que se alojaron en el patio
de la embajada peruana había no pocos de ellos, amén de aficionados al juego y
a las drogas que no encuentran aquí fácil oportunidad para sus vicios (“La
posición de Cuba”)
Luego
el editorial exhibe sus dotes telepáticas: “Nuestro pueblo trabajador piensa
unánimemente: “¡Que se vayan los vagos! ¡Que se vayan los antisociales! ¡Que se
vayan los lumpens! ¡Que se vayan los delincuentes! ¡Que se vaya la escoria!” (“La
posición de Cuba”). Difícil suponer que tal palabra apareciera espontáneamente
en boca del pueblo. Sobre todo si se piensa que este ya disponía de otros
términos como el de “gusano” que también se usó profusamente en aquellos días.
Pero el régimen tenía buenas razones para poner a circular otro apelativo. Si se
atiende a la lógica con la que se presentó la palabra “gusano” su recuperación
dos décadas resultaba embarazosa para el régimen. ¿Acaso los gusanos no
anidaban en la podredumbre? Llamarles gusanos en 1980 equivalía a reconocer que
la llamada revolución producía su propia putrefacción. De ahí que el término “escoria”
pareciera más apropiado. El residuo que sobrenada en los hornos al fundir los
metales parecerá demasiado rebuscado como invención popular pero conveniente para
presentar a los refugiados como el deshecho de la forja de una nueva sociedad.
Esa era la imagen que trataba de ofrecer de sí mismo un régimen que quería
convertir la fuga masiva de sus ciudadanos en expulsión de desechos. No por
gusto un artículo que publicara en aquellos días el entonces viceministro de
relaciones exteriores cubano Ricardo Alarcón se titulaba “El acero y la
escoria” (Alarcón).
“Escoria”
fue el epíteto obligatorio para definir a aquellos que escaparon en el ochenta.
Tanto como para que en la prensa cubana aparecieran titulares como este: “Declara
Alto Comisionado de ONU que la escoria que ha ido a EEUU no son refugiados
porque no son perseguidos políticos” (Armendariz.6). Todavía hoy se asocia
automáticamente aquel éxodo a la palabra “escoria”. El escritor Juan Abreu, miembro
insigne de aquella generación, recuerda cómo en Barcelona, al mencionar el año
de su partida un joven recién salido de Cuba le comentó: “Así que tú eras parte
de la escoria”. Abreu aclara que “la palabra fue pronunciada a la ligera, sin
intención peyorativa. Todo lo contrario, sonó como una burla a la forma en que
el régimen cubano calificó a los ‘marielitos’” (Abreu.10). Y sin embargo Abreu no
deja de traslucir una incomodidad que resuelve invocando a algunos —hoy muertos ilustres— que en aquellos días
llamaban “escoria”. En primer lugar a Reinaldo Arenas “esa escoria cubana” de
quien Abreu se precia de “haber sido amigo”. Arenas le basta a Abreu para
reconciliarlo con su “país, que lo dio a él, en una época llena de cobardes,
delatores, oportunistas y canallas” (11). Y Abreu también piensa en otros
escritores como Roberto Valero, Guillermo Rosales o en el artista Carlos
Alfonzo. Y al invocar aquella noche a sus muertos Abreu confiesa: “Volví a ser
lo que más soy, un marielito, una escoria. Es decir, una forma de ser
transgresor, marginal, según lo veo. Un hombre orgulloso de venir de donde
viene. Alguien feliz de haber nacido en el mismo lugar que estos amigos que
acabo de recordar. De esta gente que sabía que uno no puede venderse en lo
fundamental, ni claudicar en lo fundamental. Yo no creo en Dios y, sin embargo,
alzo los ojos a este cielo pastoso e imploro por ellos, con humildad llena de vida
y de peligro: “Por favor, no olvides a la escoria” (14).
No
estoy seguro que la manera más recomendable de lidiar con la lengua del
castrismo, una lengua creada para controlar nuestras emociones y pensamientos,
sea la de Abreu: esa prestidigitación con que convierte un insulto en motivo de
orgullo. Después de todo Abreu es un poeta, condición que casi ninguno de
nosotros comparte. Y no lo digo porque Abreu literalmente escriba poesía sino
por la especial atención y uso que hace del vocabulario heredado. Pero podríamos
imitarlo al menos en esa atención e intención máximas con que hace uso de una
lengua que fue creada para dominarnos.
Bibliografía
Alarcón
de Quesada, Ricardo. “El acero y la escoria”. Granma, 13 de mayo, 1980, p. 6.
Armendariz,
Jorge. “Declara Alto Comisionado de ONU que la escoria que ha ido a EEUU no son
refugiados porque no son perseguidos políticos”. Granma, 17 de junio, 1980, p. 6.
“La
posicion de Cuba”. (Editorial). Granma,
7 de abril, 1980, p.1.
Castro.
Fidel. “Discurso pronunciado en el desfile efectuado en la Plaza Cívica, el 2
de enero de 1961”. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f020161e.html
---------------.
“Discurso pronunciado en el acto de recordación
a los Mártires del Asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de
1957, celebrado en la Escalinata de la Universidad de La Habana, el 13 de marzo
de 1961”.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f130361e.html
Gessen,
Masha. El futuro es historia. Rusia y el
regreso del totalitarismo. Madrid: Turner Publicaciones SL, 2018.
Hitler,
Adolf. Mi lucha.
file:///C:/Users/enris/Downloads/Adolf%20Hitler-Mi%20Lucha(1).pdf
Klamperer,
Victor. La lengua del Tercer Reich.
Apuntes de un filólogo. Barcelona: Editorial Minúscula, 2012.
Perez
Murillo, María Dolores. La Revolución
Cubana filmada por Tomás Gutiérrez Alea. https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/24789/Revolucion_Perez_CIHC_2017.pdf
Smith, David Livingstone. Less than
human : why we demean, enslave, and exterminate others. New York: St Martin
Press, 2011.
Varela, Carlos.
https://www.letras.com/carlos-varela/1266095/
Yo estuve en el SMG entre 1978 a 1982 y era sabido en las unidades militares asociadas al Estado Mayor General que cada vez que cerraban las calles interiores aledañas al edificio del Granma en la madrugada, era porque ahi estaba Fidel Castro y que al otro dia saldria un editorial. Lo curioso es como siendo el mismo el que los escribia, se mencionaba en tercera persona para dar la impresion que era otra persona quien los redactaba.
ReplyDeleteVAYA A ATRAGANTARSE CON LA VERGA DE UN EXILIADO EN MIAMI ESCORIA TERRORISTA GOLPISTA DE ULTRADERECHA FINANCIADA POR LA CIA.
DeleteTODOS LOS GUSANOS SON BASTARDOS!
NO LEO RESPUESTAS.
SI CASTRO SUPUESTAMENTE ESTABA SOLO EN CUBA COMO ES QUE LAS MARCHAS QUE ORGANIZABA SIEMPRE SE LLENABAN DE GENTE?Y POR QUE TIENE TANTOS APOYOS INTERNACIONALES COMO MADURO EN VENEZUELA, ORTEGA EN NICARAGUA, EL GOBIERNO DE IRAN EL DE RUSIA EL DE CHINA EL DE AMLO EN MEXICO Y MUCHOS OTROS? NO PIENSAN ANTES DE ESCRIBIR ESTOS GUSANOS DE MIERDA JAJAJAXD
DeleteNO LEO RESPUESTAS.
This comment has been removed by the author.
ReplyDeleteSOLAMENTE A LOS GUSANOS ANTICASTRISTAS DE MIERDA SE LES OCURRE COMPARAR LA DEFENSA ANTI IMPERIALISTA DEL GOBIERNO DE CUBA CONTRA LA ESCORIA GOLPISTA TERRORISTA DE ULTRADERECHA FINANCIADA POR LA CIA (QUE HA COMETIDO MILES DE ASESINATOS DE CIVILES INOCENTES EN CUBA SOLO POR DERROCAR A CASTRO) CON LA PERSECUCIÓN DE LOS NAZIS A LOS JUDIOS EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. CUALQUIERA CON DOS DEDOS DE FRENTE SABE QUE ESO ES RIDICULO, PRIMERO POR FUE LA UNION SOVIETICA (QUE SIEMPRE FUE AMIGA DEL CASTRISMO) LA QUE VENCIÓ A LOS NAZIS EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EN LA BATALLA DE STALINGRADO Y LIBERO A LOS JUDIOS DEL EXTERMINIO MASIVO QUE LES ESTABAN HACIENDO Y SEGUNDO POR QUE LOS JUDIOS NO HABÍAN HECHO NADA PARA MERECER LA PERSECUCIÓN DE LOS NAZIS (TODO ESO DE QUE TIENEN UN GOBIERNO MUNDIAL SECRETO SON ESTUPIDECES CONSPIRANOICAS) EN CAMBIO LAS RATAS ANTICASTRISTAS HAN COMETIDO UN MONTON DE ACTOS DELICTIVOS TANTO ADENTRO COMO AFUERA DE CUBA (SECUESTROS, ASESINATOS, ROBOS ETC ...)
ReplyDeleteY QUE TIENE QUE EL GOBIERNO DE CUBA TENGA MEDIOS DE COMUNICACIÓN A SU SERVICIO PARA DEFENDER SU GESTIÓN GUSANOS MALPARIDOS? LA GUSANERA ASQUEROSA TIENE MILES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN A SU SERVICIO FINANCIADOS POR OLIGARCAS ASQUEROSOS DE ULTRADERECHA Y POR LA CIA PARA INVENTARSE UN MONTON DE MIERDA Y MENTIRAS CONTRA EL GOBIERNO CUBANO (LA VOZ DE AMÉRICA, FOX NEWS, NTN24, EVTV, AMERICA TELEVISION DE MIAMI, TV AZTECA EN MEXICO ETC...) SI VAMOS A HABLAR DE MEDIOS MANIPULADOS AL SERVICIO DE UNA IDEOLOGÍA, LOS DE DERECHA AL SERVICIO DEL CAPITALISMO DESREGULADO Y DE BANCOS Y MULTINACIONALES SIEMPRE HAN SIDO MAS HIPÓCRITAS DE MIERDA!
NO LEO SUS REBUZNOS DE RESPUESTA BASURAS SUBHUMANAS SIN VALOR!
LES GUSTA MUCHO EL CAPITALISMO DESREGULADO BASTARDOS? DERECHITO A HAITI O A SOMALIA
QUE ESTAN MAS DE 10 VECES PEOR QUE CUBA VOMITOS DE PERRO INFECTO!
https://archivo.kaosenlared.net/el-mayor-genocidio-de-la-humanidad-el-capitalismo-con-al-menos-320-millones-muertes-entre-1992-y-2015/index.html
EL ÚNICO RÉGIMEN TOTALITARIO QUE EXISTE REALMENTE ES EL CAPITALISMO QUE CONDENA A MILES DE SERES HUMANOS A MORIR POR HAMBRE O ENFERMEDADES CURABLES POR NO TENER DINERO (Y NADIE VIVE GRACIAS AL CAPITALISMO POR QUE EL CAPITALISMO ES SOLO UNA DE VARIAS FORMAS DE PRODUCIR LAS COSAS, NO SON LAS COSAS NI LA PRODUCCION EN SI YEGUAS MALPARIDAS) Y FUERON LOS COMUNISTAS PARISINOS LOS QUE VOLVIERON A PONER EN PRACTICA LA DEMOCRACIA REAL (DIRECTA Y ASAMBLEARIA, NO LA REPRESENTATIVA DE LA DERECHA CONSERVADORA RANCIA Y LOS LIBERALOIDES QUE NO ES MAS QUE PARTIDOCRACIA CORRUPTA) CON LA COMUNA DE PARÍS DE 1871. A LEER MAS Y A ESCRIBIR MENOS REBUZNOS GUSANOS HIJOS DE PUTA!
ESTO ES LO QUE SON USTEDES GUSANOS HIJOS DE PUTA GOLPISTAS TERRORISTAS FINANCIADOS POR LA CIA! ESCORIAS HIPÓCRITAS DE MIERDA!
ReplyDeletehttps://cubaminrex.cu/es/hipocritas-y-desvergonzados
NO LEO SUS RESPUESTAS Y SUS INSULTOS RISAS Y DESCALIFICACIONES DEMUESTRAN LO QUE USTEDES SON BASURAS SUBHUMANAS SIN VALOR!
LA UNICA FALSIFICACIÓN SON USTEDES GUSANOS MALPARIDOS! Y EL HECHO DE QUE USTEDES RECIBEN PLATA DEL GOBIERNO GRINGO PARA COMETER DELITOS CONTRA EL GOBIERNO CUBANO
DeleteESTA TAN PROBADO QUE HASTA LOS ANTICOMUNISTAS DE MIERDA DE WIKIPEDIA TIENEN ARTÍCULOS SOBRE ESO JAJAJAXD
NO LEO SUS REBUZNOS DE RESPUESTA
ESCORIAS!