Tuesday, December 19, 2017

Dos joyas recientes de estudios sobre el Siglo XVI en América (I)

Por Alejandro González Acosta

2015 fue un año que merece destacarse en el territorio de los estudios del siglo XVI en América, pues en él aparecieron al menos dos obras notables que constituyen, cada una de ellas, sólidos aportes para el mejor conocimiento de la significación y características del primer siglo de la colonización española. Los estudiosos del tema americanista en el siglo XVI, podemos celebrar ese año como portador de una excelente cosecha de contribuciones muy sustantivas para los intereses que nos ocupan.
En realidad, fue apenas en el 2016 cuando empezaron a circular y conocerse los dos libros, que fueron impresos a finales del año anterior, pero ya constituyen, cada uno, obsequios investigativos con un sólido y perdurable valor, y sin pretender abusar del manido adjetivo, quizá resulten históricos. Sin embargo, todavía ahora, ya finalizando el 2017, apenas han recibido la justa atención de la crítica que merecen.
El primero de los libros es el sustantivo aporte que una profesora sevillana establecida en la Universidad de Zaragoza ha hecho con impecable y ejemplar dedicación, y era algo muy necesitado desde mucho tiempo atrás: la edición paleografiada y anotada del que quizá sea el más antiguo testimonio jurídico hispanoamericano conservado hasta hoy, escrito por un escribano autóctono en América: El Libro de protocolo del primer notario indígena (Cuzco, siglo XVI). Cuestiones filológicas, discursivas y de contacto de lenguas (Madrid, Iberoamericana-Vervuert, 2015)*, de la doctora Rosario Navarro Gala. Que yo conozca, no tiene siquiera un equivalente cercano.
La importancia de este aporte es difícil de reseñar. Se trata de una pieza que hasta por lo que ahora sabemos, no cuenta con parangón en su época: el rescate, aunque fragmentario, de lo que quedó de un testimonio escrito con alto valor documental, de un instrumento muy importante para la vida y la práctica judicial en una comunidad indígena específica, en una tan temprana fecha como las tres últimas décadas del siglo XVI, referida a una comarca periférica como Cuzco, es sin duda un hallazgo de valor incalculable. La “fortuna” de la investigadora –que no es tal, sino la pericia, la perseverancia y el dominio de los instrumentos de investigación- le permitió encontrar un tesoro en medio de una jungla de papel, dentro del conjunto de documentos indebidamente clasificados del valioso y todavía poco explorado Archivo Regional del Cuzco, antigua capital del imperio incaico.
Una obra como ésta, nos permite conocer con mayor detalle la compleja organización de la sociedad indígena, multiétnica –no hay que olvidar que allí  ya convivían indistintamente los pueblos originarios quechuas y aimaras dentro de un vasto imperio andino, y después se añadieron pobladores foráneos, españoles y de otras procedencias, según veremos- a partir de instrumentos jurídicos -testamentos, compra-ventas y legados- así como la riqueza vital de esa comunidad, y posibilita trazar, documentadamente, un perfil más preciso de lo que fue la vida de los indígenas bajo las condiciones de la colonia temprana en el Perú virreinal.
La obra se divide en dos Partes. En la Primera realiza una prolija y precisa descripción de las condiciones socioculturales del Cuzco criollo –ya refundado por los españoles- y los primeros tiempos de esa ciudad, así como el personaje Pedro Quispe, ese “escribano público de cabildo indígena”, quien es, sin dudas, un sujeto excepcional digno de estudio. La autora no se limita a reunir, descubrir y exponer, sino además analiza con cabal propiedad las prácticas discursivas y las estrategias de comunicación que se muestran en el conjunto documental, dentro de las múltiples modalidades de las piezas jurídicas que ofrece, así como la progresiva apropiación de la lengua impuesta por los españoles, por un sector minoritario en principio, pero creciente, que representa fielmente el indígena letrado Pedro Quispe, con su progresiva inserción en las nuevas condiciones planteadas por la realidad histórica. Esas variantes y peculiaridades del castellano temprano en su variedad andina, resultan minuciosamente estudiadas por Navarro Gala, así como los aspectos fonéticos, fonológicos y morfosintácticos.
Las dos terceras partes del grueso volumen (442 páginas), están dedicadas en la Segunda Parte a ofrecer el valioso documento con una sagaz paleografía y transcripción cuidadosa, enriquecidas además con anexos oportunos y láminas muy adecuadas para visualizar el documento, sin reserva alguna, memorable.

Esta obra interesa, pues, a historiadores, antropólogos, lingüistas, juristas y toda una dilatada sucesión de especialistas muy diversa y es, que sepamos y hasta nueva prueba que venga a desplazarla de ese sitial, el documento testimonial jurídico indígena transculturado más antiguo conservado hasta ahora en toda la región americana. El libro de Navarro Gala creo dará mucho para tratar, pues ella nos obsequia una pieza con múltiple riqueza temática, lo cual sin duda moverá la atención de los numerosos estudiosos involucrados con estas disciplinas.

[Continuará]

*Rosario Navarro Gala, El Libro de Protocolo del primer notario indígena (Cuzco, siglo XVI). Cuestiones filológicas, discursivas y de contacto de lenguas. Madrid, Iberoamericana-Vervuert, 2015. 442 pp. ISBN: 978-84-8489-875-7 (Iberoamericana), 978-3-95487-415-6 (Vervuert).


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