González Acosta, con la credencial de uno de los descendientes de Moctezuma. Con ella cobraban la pensión. |
Mucha gente en México sabe que Moctezuma Xocoyotzin procreó intensamente. La mayoría de los cálculos le adjudican 19 vástagos, lo cual, entonces y ahora, resulta extraordinario. Los aztecas pensaban que la línea sucesoria era cosa de las mujeres, una especie de seguro sanguíneo. El historiador cubano Alejandro González Acosta, experto en parte de la heráldica de la realeza azteca lo resume de esta manera: "hijo de hija mi nieto es, hijo de mi hijo quién sabe. Los judios también lo hacían así". González Acosta, investigador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, ha estudiado al detalle el árbol genealógico de la hija mayor de Moctezuma, bautizada Isabel tras la conquista. Es un erudito de las ramas reales, la línea sucesoria. Si hoy, a 500 años de la caída de Moctezuma y sus breves sucesores, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, si hoy, vaya, alguien reclamara el trono de la gran Tenochtitlan, debería ser algún primo de Federico Acosta. Quizá era alguno de los que fueron a aquella reunión en el Ajusco.
No comments:
Post a Comment