Por Octavio
de la Suarée
La porcelana en el escaparate, novela sin amor al amor (La Habana: El Dante,
1927), fue la primera novela de su autor –Octavio M. Suárez y Tirapo, mejor
conocido como Octavio de la Suarée.
La novela trata de las vicisitudes de un
joven habanero, Oscar Sánchez, que un buen día capta la mirada de una bella
joven que viaje en el tranvía del Cerro - Parque Central en La Habana, y se enamora perdidamente de ella.
Siguen entonces sus peripecias para acercarse a la muchacha y llegar a
conocerla, teniendo en cuenta de que solo la veía cuando pasaba en el tranvía
camino a la escuela y cuando regresaba de allá para su casa. La belleza, elegancia y fragilidad de Eulalia
Rossi –pues así se llamaba-- hace que la bautice con el sobrenombre de “la
porcelana”. Con muchos esfuerzos, Oscar se entera de que la joven cursaba sus
estudios en la Escuela Normal para Maestras de la Habana y hacia allí se dirige
por las tardes para observarla al salir del recinto. Entablan amistad y desde
ese momento Oscar ya no puede ni quitársela de la cabeza ni dormir de noche. Las
relaciones entre los jóvenes tienen sus altos y bajos y en uno de ellos, el
protagonista publica en un periódico local una “Carta a Eulalia” –sin apellido,
por supuesto, que termina en un malentendido complicando el estado de sus
relaciones entre ambos. El joven se decide ir a conocer a la familia de la
joven en su propia casa para aclarar la situación y hacia allá se dirige, en
compañía de un médico amigo sin invitación alguna. De contra, fingen la
creación de una cuenta de muchos pesos pendiente contra la familia para
justificar allí su presencia y como era de esperarse aquello complica más aún
el asunto, hasta el punto que Eulalia termina en el hospital. Y aquí se complica
aún más la trama.
La novela está dividida en dos partes; la
primera trata de “el hombre, el destino, la porcelana, el ‘níckel’ simbólico, la
revancha, la intriga, la prueba, jaula de
monos, cabeza abajo, el amor con muletas y triquitraques”; mientras que en la
segunda se encuentran “en familia, la doctrina y alfileres de punta”.
Cuando
se publica La porcelana en el escaparate en
1927 La Habana ya venía sufriendo los desmanes del general Gerardo Machado y la
obra con su provocadora portada de una coqueta colegiala de la Escuela Normal
para Maestras y su singular dedicatoria no hace más que inflamar los
acontecimientos. Ahí se leía: “Este libro ingenuo, que no podrá ser leído por
las doncellas… porque ya no existe ninguna, se escribe: Para la mujer honrada
que no ha nacido todavía. El Autor”. Por
supuesto, la inmediata denuncia del superintendente de las Escuela Públicas, el
Dr. Ramiro Mañalich, no se hizo esperar y el autor fue detenido seguidamente y
conducido a la cárcel de La Habana. Para colmo, en el libro se tildaba de
“burros” a todos los presidentes de la república. Después de unas explicaciones del autor, el cargo de injurias y calumnias se cambió
por el de publicación clandestina, ya que la imprenta había olvidado
identificarse en la publicación. No
obstante, La Suarée fue condenado a dos meses y un día de prisión que cumplió
en el castillo de El Príncipe. Con toda esa publicidad recibida, La porcelana en el escaparate empezó a
venderse como pan caliente pues el público sospechaba que probablemente habría
más acusaciones contra el gobierno cuando había sido necesario encarcelar al
escritor y a los impresores. La obra fue
defendida, entre otros, por Ramón Vasconcelos desde el periódico El país en su artículo “Una novela, Una
Normalista y un Gramo de Bromuro”.
Octavio de la Suarée (1903-1994) nación en
Cárdenas, provincia de Matanzas, y desde los dieciséis años comenzó su carrera
de periodista. En 1921 se mudó a La Habana donde trabajó en los periódicos “El
Día”, “Finanzas”, “El Liberal”, el radio periódico “Jamalaya”, “la Unión
Nacionalista” y “La Voz”, donde libró
una campaña tan tesonera a favor de “Cuba para los cubanos” que, al interrumpir
su publicación el periódico al ser promulgado por el Presidente Grau en 1933
el Decreto-Ley del 50 por Ciento, las
turbas asaltaron el edificio tratando de incendiarlo en represalia por la
suspensión de aquella sección de La Suarée. Más tarde, después de un viaje de cuatro años
por Europa donde visitó Francia,Bélgica y
España (1929-1933), publicó otra novela, En
el país de las mujeres sin senos”, libro valiente y de vibrante estilo, al
decir de otro crítico.
Al mismo tiempo que el periodismo, Octavio
de la Suarée ha cultivado las bellas artes, siendo autor de poemarios, ensayos
artículos, cuentos, crítica y obras docentes, que le han valido reputación y
provecho. Fue designado profesor de francés en la Escuela Profesional de
Periodismo “Manuel Márquez Sterling” (1943) y se ha ocupado también de la
secretaría de la institución y se encargó de dictar interinamente las Cátedras
de Psicología y Moral Ética del Periodismo en las que triunfó, siendo asimismo autor
del primer texto de “Psicología aplicada al periodismo (Cultural, 1944) que se
haya escrito en el mundo. Le siguió
“Moralética del Periodismo”.
Octavio de la Suarée está considerado
asimismo uno de los tres precursores de la Escuela de Comunicación Moderna del
Periodismo en Hispano América y varios de sus libros todavía se utilizan como
libros de texto en varias universidades de Hispano América.
Octavio de
la Suarée, hijo
William
Paterson University
20 de
diciembre de 2017.
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