Wednesday, December 20, 2017

La porcelana en el escaparate


Por Octavio de la Suarée                                             

     La porcelana en el escaparate, novela sin amor al amor (La Habana: El Dante, 1927), fue la primera novela de su autor –Octavio M. Suárez y Tirapo, mejor conocido como Octavio de la Suarée.
    La novela trata de las vicisitudes de un joven habanero, Oscar Sánchez, que un buen día capta la mirada de una bella joven que viaje en el tranvía del Cerro - Parque Central en La  Habana, y se enamora perdidamente de ella. Siguen entonces sus peripecias para acercarse a la muchacha y llegar a conocerla, teniendo en cuenta de que solo la veía cuando pasaba en el tranvía camino a la escuela y cuando regresaba de allá para su casa.  La belleza, elegancia y fragilidad de Eulalia Rossi –pues así se llamaba-- hace que la bautice con el sobrenombre de “la porcelana”. Con muchos esfuerzos, Oscar se entera de que la joven cursaba sus estudios en la Escuela Normal para Maestras de la Habana y hacia allí se dirige por las tardes para observarla al salir del recinto. Entablan amistad y desde ese momento Oscar ya no puede ni quitársela de la cabeza ni dormir de noche. Las relaciones entre los jóvenes tienen sus altos y bajos y en uno de ellos, el protagonista publica en un periódico local una “Carta a Eulalia” –sin apellido, por supuesto, que termina en un malentendido complicando el estado de sus relaciones entre ambos. El joven se decide ir a conocer a la familia de la joven en su propia casa para aclarar la situación y hacia allá se dirige, en compañía de un médico amigo sin invitación alguna. De contra, fingen la creación de una cuenta de muchos pesos pendiente contra la familia para justificar allí su presencia y como era de esperarse aquello complica más aún el asunto, hasta el punto que Eulalia termina en el hospital. Y aquí se complica aún más la trama.
     La novela está dividida en dos partes; la primera trata de “el hombre, el destino, la porcelana, el ‘níckel’ simbólico, la revancha, la intriga, la prueba, jaula de monos, cabeza abajo, el amor con muletas y triquitraques”; mientras que en la segunda se encuentran “en familia, la doctrina y alfileres de punta”.
       Cuando se publica La porcelana en el escaparate en 1927 La Habana ya venía sufriendo los desmanes del general Gerardo Machado y la obra con su provocadora portada de una coqueta colegiala de la Escuela Normal para Maestras y su singular dedicatoria no hace más que inflamar los acontecimientos. Ahí se leía: “Este libro ingenuo, que no podrá ser leído por las doncellas… porque ya no existe ninguna, se escribe: Para la mujer honrada que no ha nacido todavía. El Autor”.  Por supuesto, la inmediata denuncia del superintendente de las Escuela Públicas, el Dr. Ramiro Mañalich, no se hizo esperar y el autor fue detenido seguidamente y conducido a la cárcel de La Habana. Para colmo, en el libro se tildaba de “burros” a todos los presidentes de la república.  Después de unas explicaciones del autor,  el cargo de injurias y calumnias se cambió por el de publicación clandestina, ya que la imprenta había olvidado identificarse en la publicación.  No obstante, La Suarée fue condenado a dos meses y un día de prisión que cumplió en el castillo de El Príncipe. Con toda esa publicidad recibida, La porcelana en el escaparate empezó a venderse como pan caliente pues el público sospechaba que probablemente habría más acusaciones contra el gobierno cuando había sido necesario encarcelar al escritor y a los impresores.  La obra fue defendida, entre otros, por Ramón Vasconcelos desde el periódico El país en su artículo “Una novela, Una Normalista y un Gramo de Bromuro”.
     Octavio de la Suarée (1903-1994) nación en Cárdenas, provincia de Matanzas, y desde los dieciséis años comenzó su carrera de periodista. En 1921 se mudó a La Habana donde trabajó en los periódicos “El Día”, “Finanzas”, “El Liberal”, el radio periódico “Jamalaya”, “la Unión Nacionalista” y “La Voz”,  donde libró una campaña tan tesonera a favor de “Cuba para los cubanos” que, al interrumpir su publicación el periódico al ser promulgado por el Presidente Grau en 1933 el  Decreto-Ley del 50 por Ciento, las turbas asaltaron el edificio tratando de incendiarlo en represalia por la suspensión de aquella sección de La Suarée.  Más tarde, después de un viaje de cuatro años por Europa donde visitó Francia,Bélgica y España (1929-1933), publicó otra novela, En el país de las mujeres sin senos”, libro valiente y de vibrante estilo, al decir de otro crítico.
     Al mismo tiempo que el periodismo, Octavio de la Suarée ha cultivado las bellas artes, siendo autor de poemarios, ensayos artículos, cuentos, crítica y obras docentes, que le han valido reputación y provecho. Fue designado profesor de francés en la Escuela Profesional de Periodismo “Manuel Márquez Sterling” (1943) y se ha ocupado también de la secretaría de la institución y se encargó de dictar interinamente las Cátedras de Psicología y Moral Ética del Periodismo en las que triunfó, siendo asimismo autor del primer texto de “Psicología aplicada al periodismo (Cultural, 1944) que se haya escrito en el mundo.  Le siguió “Moralética del Periodismo”.
     Octavio de la Suarée está considerado asimismo uno de los tres precursores de la Escuela de Comunicación Moderna del Periodismo en Hispano América y varios de sus libros todavía se utilizan como libros de texto en varias universidades de Hispano América.


Octavio de la Suarée, hijo
William Paterson University

20 de diciembre de 2017.

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