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Por Iván Acosta
SEGUNDA ESTACION
La primera oficina del Centro había estado ubicada
en un espacio de operaciones en las catacumbas de la catedral Saint John the
Devine, que generosamente nos había facilitado, el amigo sacerdote espiscopal,
Rodney Kirk. Allí nos reuníamos y trabajábamos por largas horas, hasta el
verano de 1975.
Por iniciativa de los miembros actores Rubén Rabasa
y Orestes Matacena, conseguimos un edificio en la calle 51 y la 10ma avenida,
en el legendario barrio de Hells Kitchen, al oeste de Manhattan, con una renta
razonable.
En aquel solitario edificio a una cuadra del río
Hudson, construimos una sala de teatro, una galería, un café teatro y una
pequeña biblioteca. El arquitecto, músico y novelista, José Raul Bernardo, uno
de los miembros fundadores del Centro, hizo el diseño de la nueva sede del
CCCNY. Con algunos de los miembros de la directiva y amigos que venían a
ayudarnos, construimos el teatro y toda la estructura interna del edificio de
El Centro.
A finales de ese mismo año1975, se nos unieron a la
directiva, la poetisa Lérida de Dios, el dramaturgo y poeta, José Corrales, el
actor Juan Troya, la actriz Clara Hernández, el historiador, Carlos Fernández
Freire, la actriz Zully Montero, el ingeniero, Paul Echániz, el profesor, José
Miguel Sanjuan, Gladys Pérez y la intelectual, activista, feminista, Ileana
Fuentes, quien en los próximos 4 años, con sus conocimientos, creatividad y
dinamismo, rendiría un gran aporte al desarrollo general de El Centro. Ileana Fuentes, fue electa
vicepresidente/administradora y formó parte
importante de la nueva directiva y todas las operaciones y actividades,
ayudando a impulsar esta Segunda Estación del Centro Cultural Cubano de
Nueva York.
Desde el siglo XVI ya en Cuba se comenzaba a
disfrutar del arte teatral. A través de los siglos, el teatro siempre ha sido
parte integra de la historia cultural Cubana. Por eso, en el Centro, se le puso
mucho énfasis a la sección de teatro. Entre el invierno de 1976 y diciembre de
1979, en la sala teatral de El Centro, se presentaron 19 producciones
teatrales, las cuales fueron aplaudidas por el público, reconocidas por la
prensa especializada y galardonadas por varias organizaciones, como la, ACE,
HOLA y ACCA, entre otras, obteniendo mas de 30 reconocimientos por su
sobresaliente labor teatral.
Entre las obras creadas por teatristas exiliados,
producidas por, El Centro, se distinguieron: Los gusanos, Las
niñas ricas de Calcachen, Pínchame con tenedor, Los cuchillos de Atarés,
No son todos los que están, Antes del vuelo y la palabra, Ni verdad ni mentira,
Espiritu burlón, La Isla Maravillosa, Meñique, y El Super, que aun se
estudia y se representa en decenas de universidades y teatros nacionales e
internacionales. (Incluyendo La Universidad de La Habana). Después de la gran
acogida por el público en el teatro El Centro; la obra El Super, fue llevada a
la pantalla por el productor Manolo Arce y los directores Leon Ichaso y Orlando
Jimenez Leal.
En el teatro de El Centro, también se escenificaron
obras de dramaturgos disidentes que residían en Cuba, como, Los Próceres,
Contigo
pan y cebolla, y, Aire Frío, ésta última, del laureado
dramaturgo y maestro, Virgilio Piñera.
El 31 de mayo y el 1ro de junio de 1976, el Centro
presentó el Festival de Arte Cubano, “De Cuba traigo el cantar”, en el Museo de
Historia Natural de Nueva York. Con la participación del grupo, Pro Arte
Sociedad Cubana, que dirigía Esteban Alvarez, en dicho festival se presentó la
obra teatral, La muerte del Ñeque, de José Triana, bajo la dirección de Mario
Peña, con: Juan Troya, Juan Granda, Emilio Rodríguez, Jorge Alvarado, Antonia
Blanco y Héctor Caraballo. También se presentaron, bailes folklóricos,
recitales de música campesina, documentales, exhibiciones fotográficas y de
afiches de Cuba, un concierto con el cantautor, Pedro Tamayo y una obra teatral
infantil con improvisaciones y canciones dirigida por Manolito Martínez.
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Las actividades eran muchas y contínuas: En la
galería “Sicre” se presentaron 18 exhibiciones de reconocidos pintores cubanos
y latinoamericanos. Entre ellos: Roberto Estopiñán, Lesver de Quiroz, Luis Cruz
Azaceta, Domingo Poublé, Baruj Salinas, Guido Betancourt, Adolfo Meana, Gladys
Triana, Arturo Potestá, Angelo Romano y Pablo Carreño, entre muchos otros.
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Paul Echániz, Felipe Nápoles, Gabriel Murcia y
Carlos Fernández Freire, serían los coordinadores de la Cinemateca del Centro,
con proyecciones de documentales y películas clásicas, las cuales eran
discutidas entre los participantes y algunos cineastas invitados.
Periódicamente se presentaban tertulias con
conferencias académicas y presentaciones de autores con sus últimas
publicaciones. Entre muchos de los participantes tuvimos la grata participación
del Dr. Márquez Sterling, el profesor y poeta, Eugenio Florit, la escritora Uva
de Aragón, el novelista, Carlos Alberto Montaner, y el Dr. Manuel Urrutia Lleó,
quien fuera el primer presidente del gobierno revolucionario de Cuba en 1959.
En el Café Teatro del Centro, los viernes y sábados
en la noche, se presentaban recitales de música cubana y de la Nueva Canción
del Exilio, con jóvenes trovadores y poetas.
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El 9 de diciembre de 1977, víspera del “Día de los
Derechos Humanos en el Mundo” a través de gestiones realizadas por las Misiónes
Permanentes de Bolivia y de la República de Honduras, en la Organización de
Naciones Unidas. Tuvimos el honor de ser invitados a presentar un recital de
canciones protesta, en el prestigioso auditorio Dag Hammarskjöld de la
Organización de Naciones Unidas. Bajo la dirección técnica de Mariano Ross y la
coordinación artística de Ileana Fuentes; con un conjunto musical bajo la
dirección del guitarrista, Paul Radelat y la flautista, Andrea Brachfeld.
Presentamos varias composiciones denunciando las violaciones de los derechos
humanos en Cuba. Esta ha sido la única vez que un recital de cubanos exiliados
haya sido presentado en el recinto de las Naciones Unidas. Este evento obtuvo
gran resonancia entre los círculos diplomáticos, generando una protesta de
parte del embajador de la Misión de Cuba ante la ONU.
Varios miembros del Centro Cultural Cubano
participamos activamente en los 5 Congresos de Intelectuales Disidentes por la
Libertad de Cuba, en Paris, Madrid, Nueva York, Caracas y Washington, D.C.
Películas de largometraje, cortos y documentales se
filmaron con la colaboración de cineastas miembros del Centro: Los
Gusanos, El sendero del difunto/El ataúd, El Super, Guaguasi, Azacetadas, Como
se forma una Rumba, Union City, A unique city y, Amigos.
Del 20 al 26 de mayo de 1979, con mucho orgullo,
emoción y tristeza, presentamos la última actividad importante de la segunda
etapa del Centro Cultural Cubano de Nueva York- “La Semana de la Reafirmación
Cultural Cubana” en la Ciudad de Union City, New Jersey. Para este monumental
evento cultural, se contó con el apoyo oficial de los alcaldes de las ciudades,
Union City, Weehawken y West New York. Y con la participación de más de 120
artistas, académicos y profesionales. Se cerró la conocida avenida Bergenline,
desde la calle 32 hasta la calle 48. Más de 60 artistas plásticos cubanos,
exhibieron sus obras y esculturas a través de la famosa avenida Bergenline. La
orquesta Charanga 76 con Hanzel y Raúl, y el popular compositor y pianista,
Robertico Lozano y su conjunto, le pusieron el toque popular a esta
extraordinaria celebración. Varios residentes del condado Hudson, encabezados
por el activista, Israel Romero, nos brindaron su apoyo incondicional. De acuerdo
al departamento de policía, más de 15,000 personas asistieron a las distintas
actividades de este último festival presentado por El Centro Cultural Cubano.
En febrero de 1980, y despues de una labor de
rescate y divulgación de las artes cubanas del exilio, se cerró aquel local que
guardaba tantos momentos gratos y tantas historias para ser contadas en los
anales del exilio cubano. El actor Reinaldo Medina, la vice presidente, Ileana
Fuentes y quien escribe este artículo, cerramos las puertas del 601 West 51
Street, en Hells Kitchen, Manhattan, por última vez.
Luego, varios de los miembros del Centro,
continuariamos la labor cultural de manera individual, pero siempre promoviendo
y mencionando la semilla sembrada en aquel otoño de 1972.
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Imagen actual de la esquina de la 51 y 11na avenida, antigua sede del CCCNY |
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